El cineasta turolense Luis Buñuel fue vigilado de cerca, al igual que otros artistas, por el servicio secreto mexicano siguiendo todos sus pasos hasta conocer al detalle sus salidas y entradas en el país, según datos incluidos en el Archivo General de la Nación (AGN).

La información recopilada por los espías mexicanos recogía, por ejemplo, que hace 63 años, el 13 de marzo de 1956, Buñuel preparaba su participación en una mesa redonda sobre el cine en la capital mexicana. Buñuel, cuya película Los olvidados (1950) sobre la pobreza en México, le ganó animadversiones en los círculos del poder de ese país, fue ponente en esa mesa redonda en instalaciones universitarias, indicó el Agente 69 en su reporte a la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

Una versión pública sobre la estrecha vigilancia a Buñuel entre los años de 1954 a 1975 está disponible en una presentación de seis páginas en el AGN, ya descontados los «datos sensibles». La importancia que al cineasta calandino le concedieron los espías mexicanos queda patente en la nota que el 9 de octubre de 1956 firmó Arturo Durazo Moreno, temible jefe de grupo de la DFS que llegó a jefe de la policía de Ciudad de México en 1982.

«Buñuel, con domicilio en la calle de Félix Cuevas en Ciudad de México, subirá al avión de KLM que llegó ayer de Amsterdam», señala el reporte, que incluye nombres y direcciones de otros viajeros, incluidos algunos de origen francés.

El 2 de julio de 1959, Buñuel estuvo en la Universidad Obrera, institución vinculada al socialismo mexicano, para asistir a la toma de posesión de un círculo estudiantil y ver una exposición de pintura, reportó el agente de turno. Su llegada a México en un vuelo de Air France el 22 de febrero de 1964 y su asistencia el 29 de agosto de 1975 a la inauguración del Centro de Capacitación Cinematográfica, se incluyen en el expediente.