Un año después de la muerte del director teatral aragonés Mariano Cariñena, su sobrino, Eduardo Servera, medico de profesión y aficionado a la escultura ha creado un busto en memoria de su tío que se expondrá de forma permanente en el Teatro Principal, donde ya existe una sala con su nombre.

Ayer tuvo lugar la presentación oficial de la escultura, pero Cariñena recibió además otros dos homenajes: la entrega de la medalla de Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), a título póstumo; así como la publicación de cuatro de sus obras por parte de Arbolé Editorial.

La colocación de la escultura "es un acto de justicia", aseguró el consejero de Cultura de Zaragoza, Jerónimo Blasco. Y es que, tal y como recordó, antes de la labor que el autor llevó a cabo, en Zaragoza "había una escuela de teatro muy incipiente". Cariñena dirigió durante años la Escuela Municipal. Blasco definió al dramaturgo como una persona caracterizada por "su sentido del humor y su socarronería aragonesa".

La entrega de la medalla a la viuda del autor, Marisol Albiac, corrió a cargo del vicepresidente de la Sociedad General de Autores (SGAE), Fermín Cabal, quien aseguró que "en la generación de Mariano, hay poca gente que tenga la estatura creadora que él tuvo".

"GRAN CARIÑO" Por su parte, la viuda, que recibió un cariñoso aplauso de los congregados, consideró que "es un gran honor que un aragonés tenga una medalla de este calibre" y agradeció "el cariño que muestran los asistentes" por el creador teatral. Asimismo, adelantó que en un futuro, Eduardo Servera, "traerá (al Principal) un cuadro muy apropiado para el teatro".

Esteban Villarrocha, gerente del Teatro Arbolé, fue el encargado de presentar cuatro obras del autor en dos volúmenes que "tienen un gran valor de memoria que es necesario para que sea leído después de la representación teatral". Se trata de La ensalada, La fuente y la raposa, Dúo a cuatro voces y La reunión. Iñaqui Juárez, por su parte, señaló que en su recuerdo alberga a "los ojos y la mirada" del autor.

PRÓXIMO LIBRO "Estoy preocupado porque tengo un arsenal de textos, fotos, recuerdos, etc." fueron las palabras que Cariñena le dijo al profesor de la escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, Francisco Ortega, en uno de sus últimos encuentros. "Al poco de fallecer, entendí que Mariano me estaba pidiendo que recopilara todo eso por escrito", desveló el profesor, quien prepara un libro para un futuro.

María José Moreno fue la encargada hacer una glosa en memoria del homenajeado, así como de leer un texto de agradecimiento a los presentes, que llenaron la sala Mariano Cariñena del Teatro Principal. Entre el publico asistente estuvieron los actores Mariano Anós o Luisa Gavasa, el escritor Fernando Lalana, la directora teatral Cristina Yáñez o el prestigioso organista José Luis González Uriol, entre otros. También acudieron al emotivo encuentro una parte de la familia de Mariano Cariñena, destacando a su viuda, su nieto y su sobrino, creador del busto.