Los 50 años de la asociación aragonesa El Cachirulo-Teresa Salvo de Alcañiz son una muestra de lo que ha sido la historia del municipio en el último medio siglo. Lo que da a conocer el libro Amor al arte es «todo lo que ha pasado en Alcañiz» en estos 50 años, explicó su autor, Ramón Mur, quien reconoció que los «alcañizanos ausentes son pocos», ya que han querido que todos, de una u otra manera estén presentes. Además, a través de sus páginas y de más de 200 fotos, se muestra lo que los miembros de la asociación «han hecho por las fiestas, en la restauración de edificios, etc».

La presentación de la publicación -realizada por el Gobierno de Aragón-, ayer, en la Biblioteca de Aragón, fue también un encuentro entre amantes de la jota y de la asociación El Cachirulo, que no quisieron perderse esta historia.

Nacho Escuín, director general de Cultura, señaló que la Fonoteca de la Jota, es un «lugar abierto»; y el Cachirulo de Alcañiz «reivindica una pasión extendida y una forma de entender la histora del Bajo Aragón» porque en su forma de trabajar, como en la jota, «no hay un interés económio ni lucrativo, sino que pone en valor lo que somos como aragoneses».

Jesús Buisán, presidente de la asociación alcañizana, señaló que el autor reunió a más de 150 personas, «cachirulos de toda la vida y les ha sacado el jugo y eso es lo que late en el libro», aseguró. En la actualidad, el colectivo tiene 400 socios, pero hubo un momento en el que «había mil niños en la peña de fiestas, así que imaginad las familias que venían al Cachirulo». Por su parte, Alejo Galve, presidente de los Cachirulos de Aragón (agrupa a unas 12 peñas y 1.500 asociados), reivindicó la importancia del colectivo, porque «somos los que transmitimos cultura, la jota, la gastronomía y las llevamos a todos los sitios». De hecho, aprovecho la visita para firmar con el Gobierno de Aragón un convenio de apoyo para que «cuando nos haga falta podamos ir de la mano con ellos», ya que «mantener las escuelas de jotas» necesita financiación.