Aunque por el título parezca que Denys Arcand retorne a su filme más conocido, El declive del imperio americano (1986), aquí retrata en clave más o menos policíaca la historia de un licenciado en Filosofía convertido en repartidor que presencia el atraco y masacre en un local. Los ladrones se dan a la fuga y él se queda con el dinero. Arcand le construye una nueva vida, y con ella traza una panorámica irónica de la sociedad en la que no queda títere con cabeza, desde los políticos Sarkozy, Blair y Trump hasta héroes literarios como Céline, Hemingway y Tolstoi. Pero el cinismo del Arcand de hace dos décadas ha perdido parte de su fulgor y efectividad. QUIM CASAS