La presencia en las puertas del CaixaForum deZaragoza de dos grandes pegatinas que indican por la que se puede entrar y la que está destinada para la salida del público ya deja claro que las cosas han cambiado, desde las relaciones entre las personas hasta la forma de acercarse a los objetos. Y por lo tanto, al arte. Pero es precisamente el poder acceder al interior del centro y visitar de nuevo la exposición Lujo. De los asirios a Alejandro Magno Y más porque la apertura, ayer, de CaixaForum, anticipa una, eso sí lenta, puesta en marcha del resto de los museos y centros de arte en la comunidad aragonesa.

Lenta porque a pesar de que ya podrían haberlo hecho, la adecuación a las medidas exigidas solo ha permitido reabrir hasta al Museo de Teruel, y hoy tan solo está previsto que estrenen esta nueva etapa los que dependen del Gobierno de Aragón, es decir, el Pablo Serrano, el Museo de Huesca y el Pedagógico de Huesca, además del Museo Goya-Colección Ibercaja. No lo harán, y todavía no plantean una fecha, los centros y salas del Ayuntamiento de Zaragoza (Pablo Gargallo, La Lonja, Montemuzo y la ruta de Caesaraugusta), aunque también habían fijado hoy como jornada de retorno.

BUENA AFLUENCIA / Así, no es de extrañar que las ganas del público por volver a una normalidad cultural hiciera que ayer el CaixaForum tuviese una interesante afluencia de visitantes «No está mal para un lunes, teniendo en cuenta que no hay visitas de colegios y que acabamos de abrir», decía el director del centro, Ricardo Alfós.

Dispensadores de gel a la entrada, un ascensor de subida y otro de bajada y las obligatorias mascarillas, además de tener solo abierta la exposición centra eran los detalles que evidenciaban una nueva realidad. Por lo demás, todo daba la sensación de normalidad. «La limpieza es exhaustiva, además el aforo está limitado a un tercio y la exposición admite hasta 90 personas a la hora por lo que no creemos que se vayan a producir aglomeraciones, además respetamos las franjas horarias y se pueden adquirir las entradas en la web, en las que vendemos 45 cada media hora», explica Alfós.

También hay nuevas disposiciones en cuanto a la forma de realizar las visitas, ya que se han suprimido las guiadas «pero no queríamos dejar de dar un servicio similar y hay personas que hacen la función de monitores a las que el público se puede dirigir si desea que se le explique una pieza en particular o requiera alguna información adicional».

Lo que no ha cambiado nada es la sala, ni siquiera existen recorridos marcados para que la gente no se agolpe «pues la propia exposición ya tiene su propio recorrido prefijado en el que no se interfiere».

Lujo, De los asirios a Aljando Magno reúne 217 piezas que pertenecen al British Museum -van desde delicadas piezas de marfil y joyas, pasando por ornamentos de mobiliario, vidrios, cerámicas y metales preciosos, hasta relieves asirios de gran tamañoLujo, De los asirios a Aljando Magno-. Destacan por ejemplo los que proceden de las paredes del famoso palacio de Nínive, así como las exquisitas piezas del tesoro del Oxus, el más importante de objetos de oro y plata de la antigua Persia. Realmente, todo un lujo, cuyo interés hace confiar al director que sirva para reactivar las visitas. «Es una gran exposición, no siempre se pueden ver piezas del Museo Británico», dice. Tenía que haber concluido el 14 de junio, pero va a prorrogarse hata el 25 de octubre. «Solo entre el 20 dfe febrero y el 13 de marzo pasaron más de 13.000 personas», apunta Alfós, mientras espera tiempos mejores para reanudar otras actividades, como las dirigidas a escolares o mayores, los conciertos o poder abrir otra exposición que ya está montada y debía estar ya inaugurada, Espejos, pero claro, «es interactiva, de mucho tocar, y hay que esperar a que se den las condiciones para inaugurarla con garantías», concluye el director del centro.