Cálamo vuelve a convocar un año más --y ya van 14-- una nueva edición de sus premios. Se trata de unos galardones muy especiales ya que los premios Cálamo Otra mirada y Cálamo extraordinario son elegidos directamente por el equipo de la librería situada en la plaza de San Francisco; mientras que el mejor libro del año será el público quien lo vote, en un ejercicio de "democracia directa", según los responsables.

Eso sí, es Cálamo quien propone los 16 títulos entre los editados durante el 2014 y finales del 2013, y los clientes y amigos elegirán a sus preferidos. La votación se desarrollará durante todo el mes de diciembre y las dos primeras semanas de enero en las urnas dispuestas a tal efecto en las librerías Cálamo. El ganador se dará a conocer el 19 de enero; y los premios se entregarán el 27 de febrero durante una cena literaria.

Entre los libros candidatos hoy tres firmados por aragoneses, Autopsia (editorial Candaya), de Miguel Serrano; La buena reputación (Seix Barral), de Ignacio Martínez de Pisón; y Lo que a nadie importa (Literatura Random House), de Sergio del Molino; y otro editado por una editorial zaragozana, Xordica, la trilogía Sez Ner. Detrás de la estación, Última ronda, de Arno Camenish.

Además, se puede votar a las novelas 14 (Anagrama), del francés Jean Echanoz; El balcón en invierno (Tusquets), de Luis Landero; El comité de la noche (Random House), de Belén Gopegui; Horror vacui (Salto de página), de Paula Lapido; La niña gorda (Páginas de espuma), de Mercedes Abad; La trabajadora (Ramdom House), de Elvira Navarro; Los extraños (Periférica), de Vicente Valero; Mansa chatarra (Jekyll & Jill), de Francisco Ferrer Lerín; Monasterio (Libros del Asteroide, de Eduardo Halfon; Nos vemos allá arriba (Salamandra), de Pierre Lemaitre; Pietra viva (Minúscula), de Leonor de Recondo; y Tela de sevoya (Acantilado), de Myriam Moscona

Desde Cálamo se declaran "conscientes de que toda elección es injusta", aunque reconocen que "no queremos pontificar ni marcar gustos, solo que el premio sea una incitación a la lectura, al debate y, por qué no, a la sana irreverencia literaria".