Un pabellón semitransparente del que emergen dos alas de cristal y acero y cuyo interior es comparable a una catedral será la contribución del arquitecto valenciano Santiago Calatrava a la zona cero de Manhattan. Calatrava fue designado el pasado verano autor de la terminal de transportes del World Trade Centre, un área en reconstrucción tras la catástrofe del 11-S, por la Autoridad Portuaria de Nueva York. Ayer presentó el proyecto, al que comparó como "el corazón de un cuerpo que impulsa a la gente dentro y fuera". La futura terminal, que comenzará a estar operativa en el 2006 aunque no se completará hasta el 2009, conectará 14 líneas de metro, los servicios de ferry del río Hudson y quizás un enlace con el aeropuerto Kennedy.

El edificio de la terminal de transportes (PATH-Port Authority Trans-Hdson) costará 2.000 millones de dólares. Se construirá junto a la Torre de la Libertad, que sustituye a las torres gemelas y que ha sido diseñada por el arquitecto Daniel Libeskind, quien acompañó a Calatrava en la presentación del proyecto y no ahorró piropos para el español: "Su trabajo no sólo refuerza la nueva zona sino que crea un magnífico edificio cívico".

DEDICATORIA

Santiago Calatrava, por su parte, aseguró que el pabellón "será una lámpara de esperanza en medio del Lower Manhattan, creando una línea ininterrumpida de luz natural desde los andenes hasta el cielo". El arquitecto valenciano dedicó el edificio a los "héroes, supervivientes y familias del 11 de septiembre y a los que viven, trabajan y visitan el Lower Manhattan".

El edificio se caracteriza por su cualidad escultórica, presente en todas las obras de Calatrava, que cada vez se decanta por un estilo más barroco que debe parte de su originalidad a una relectura en clave tecnológica de la arquitectura de su maestro Antoni Gaudí. Las dos alas que surgen del edificio, que podría evocar una paloma, pueden abrirse durante el buen tiempo para que entre la brisa y la luz. Calatrava comparó el interior del edificio a una catedral tanto por sus dimensiones como por la altura de la gran nave blanca, que se sostiene a base de contrafuertes. Según la realidad virtual que presentó, el interior de la terminal neoyorquina presenta numerosas coincidencias con el interior del Museo Príncipe Felipe, el edificio y museo más grande de la Ciudad de las Ciencias de Valencia.

Arroparon a Santiago Calatrava las principales autoridades neoyorquinas. El gobernador de Nueva York, George E. Pataki, vaticinó que "la obra maestra de Calatrava tendrá con pleno derecho su lugar en la ciudad como uno de los iconos de la arquitectura más inspirados".