TITULO La espiral del tiempo

AUTORA María José Pérez Vicente

LUGAR Museo de Teruel

FECHAS Hasta el 29 de agosto

Complementaria de las Becas Endesa es la Beca Diputación de Teruel, creada por esta institución en 1999 con el objetivo de servir de apoyo a la formación de artistas menores de 35 años, nacidos o residentes en la provincia turolense. Ambas convocatorias comparten el mismo jurado y el programa de difusión, consistente en la organización de una exposición y la edición del correspondiente catálogo.

La primera beca correspondió a María José Pérez Vicente (Teruel, 1965), que en estas fechas presenta en el Museo de Teruel una selección de pinturas realizadas entre 1999 y 2004, de la extensa serie Redes que la artista inició precisamente en 1999 y cuyo desarrollo sigue muy activo. La exposición celebrada aquel año en Meliana (Valencia) acogió los primeros resultados, y en el 2001 el Torreón Fortea de Zaragoza presentó la muestra Ojos negros , una secuencia de pinturas que daba continuidad a un proyecto decididamente abierto a nuevas y continuas exploraciones, definidas por la interactividad de extremos que en principio pudieran parecer contradictorios. La conciliación por tanto, y nunca la contraposición, es la seña de identidad de la pintura de María José Pérez Vicente y la marca de ese territorio convulsamente emocional que bien podría dejar La espiral del tiempo , título de esta exposición.

En este tiempo, la misteriosa espiral que enreda la amplia secuencia de cuadros pintados deja al descubierto las redes que sustentan el discurrir natural de un proyecto que confía en la emoción del color y en el orden de la geometría. Esas redes, que lo mismo precipitan un espacio fragmentado que asoman especulares en las capas subterráneas de los planos de color, posibilitan el encuentro entre realidades distintas que en su esencia se saben unidas.

El azar y el orden, la emoción y la regla, la dialéctica entre la forma y lo informe discurren en la pintura de Pérez Vicente por un mismo territorio abonado por la metáfora que decididamente ha sustituido a la narración.

Las redes dan título a las pinturas, son la estructura formal básica que las sustenta, envuelven de lirismo el orden geométrico y aluden a los anclajes teóricos y emocionales en los que se asientan. No nos cuentan historias, cada signo remite a sí mismo, como da testimonio la unicidad de los fragmentos que se multiplican y superponen en el espacio de la pintura.

En la espiral pictórica que María José Pérez Vicente nos propone, todo tiene su sitio; para todo hay reservado un tiempo y un lugar, aunque sea transitorio. Y a esta deriva emocional colabora la pulsión física de la pincelada que escudriña e indaga atmósferas y deja su rastro hundido en el color suntuoso e intenso de rojos y azules o aquietado de ocres y grises.