TRADUCCIÓN DEL SILENCIO

Trinidad Ruiz Marcellán

Olifante

Después de una larga y fructífera trayectoria como editora al frente de la colección Olifante de poesía, Trinidad Ruiz Marcellán salta al otro lado y publica un libro como autora. Las circunstancias que han motivado este cambio de bando, no obstante, no son desde luego las más deseables: los poemas de Traducción del silencio están motivados por la desaparición de Marcelo Reyes, compañero de la autora durante muchos años en su vida poética y personal, cuya muerte accidental la hace todavía más dolorosa por lo cruel, inesperada y absurda. El poemario, no podía ser de otra forma, aparece en la colección Papeles de Trasmoz, que ambos pusieron en marcha en 2007.

Si hubo un poeta que no halló cosa en que poner los ojos que no fuera recuerdo de la muerte, también estos versos sienten su constante escalofrío. Pero la autora ha huido diametralmente del patetismo, y lo que prevalece en el libro es un tono sosegado, en el que la celebración de la vida va de la mano con la reflexión serena.

El duelo de una pérdida puede expresarse de muy diversas formas. En los poemas que firma Trinidad Ruiz Marcellán opta por la contención, de manera que ese silencio que ya aparece en el título se convierte en el protagonista. Pero no es un silencio que ahoga con su propia naturaleza de negación, sino que a pesar de tener la naturaleza de las sombras convive y da realce a lo que envuelve.

Los poemas de Traducción del silencio son breves, como puntadas de la mirada en lo cotidiano. Así, la naturaleza, la casa, la lluvia, las plantas, el viento, el quehacer diario tienen su reflejo en estos versos que parecen haberse escrito para leerse en voz baja. Y entre las líneas por los que discurre el poema aparece lo que falta: esa ausencia, ese silencio que sin sonar significa. Aun faltando el sol / diseña su sombra. / Donde reposan las nubes / crece un árbol.