Suzanne Vega, con una voz cálida pero también poderosa, se apoderó la madrugada de hoy del auditorio natural del Festival Pirineos Sur y contagió sus emociones a todo el público que esperaba escuchar sus canciones.

El público esperó hasta casi la medianoche la entrada en el escenario de la cantautora norteamericana para escuchar sus temas más conocidos y versioneados, entre ellos Luka y Tom's Diner, que se entremezclaron con los de su más reciente trabajo discográfico, "Tales from the realm of the Queen of Pentacles".

A sus 55 años, cumplidos esta semana, Suzanne Vega muestra sobre el escenario una fuerza arrolladora, la misma con la que irrumpió en la escena norteamericana y que le llevó a convertirse en una de las artistas líder en ventas en su país. Y con un tema potente y lleno de fuerza comenzó su actuación la cantante californiana en el escenario flotante de Pirineos Sur.

Pero sobre todo, lo que más se escuchó a lo largo del concierto fueron baladas llenas de emoción que cantan a la soledad y a los sentimientos más íntimos.

Baladas lentas y con armonías complejas que recuerdan en ocasiones a la también cantautora norteamericana Janis Ian, pero también más rápidas y rítmicas, con aires de rock sureño.

Todo con un reducido grupo formado por un guitarrista capaz de tejer delicados arpegios para la voz de la cantante y crear al mismo tiempo una línea de bajo, y por un percusionista siempre en segundo plano y sólo advertible en los momentos más rítmicos.

Música acústica, cantada en dúo en los momentos más íntimos, es lo que más se escuchó de madrugada en Pirineos Sur, pero sobre todo la voz de Suzanne Vega, tierna en ocasiones y sobrecogedora en otras.

El estilo de la californiana, que comenzó su carrera ya hace casi treinta años, se suele enmarcar en el folk norteamericano, aunque su música suele desbordar esta etiqueta y siempre va más allá. De su último disco, la cantante interpretó temas Crack in the Wall, Fool's Complaint, I Never Wear White o la preciosa balada, casi con aires medievales, Portrait of the Knight of Wands.

La música, pero sobre todo la voz de la cantautora, hicieron olvidar al público el intenso frío que se registraba de madrugada en Pirineos Sur. Apiñados en las bancadas del auditorio natural, los espectadores siguieron y aplaudieron con fuerza cada una de las canciones de la californiana, esperando, sobre todo, escuchar sus temas más conocidos. Y así llegó, para el delirio de los asistentes, Luka, ese sobrecogedor tema de Suzanne Vega en el que habla del maltrato infantil.

Entre aplausos, la cantante comenzó a desgranar "My name is Luka...", y poco después la voz de Suzanne Vega y el tenue sonido de las guitarras era todo lo que se podía oir en el escenario de Pirineos Sur. Y para acabar, ya con un sombrero de copa que se ha convertido en una imagen icónica para ella, interpretó otro de sus temas más conocidos y versioneados, entre otros por Will Smith, el famoso "Tom's Diner".

En ese momento, cuando la cantante parecía que se disponía a abandonar el escenario, el público consiguió que volviera a coger la guitarra para cantar de nuevo otros temas de su repertorio. El concierto había comenzado casi una hora y media antes y el público aún esperaba más. Antes de la actuación de Suzanne Vega,la cantante canadiense de origen haitiano Melissa Laveaux había sido la encargada de comenzar la doble jornada musical en Pirineos Sur.