Risas y juegos nerviosos de niñas con sus padres y amigas se adueñaron del centro Joaquín Roncal de la CAI, en Zaragoza. Y es que durante la tarde de ayer se convirtió en el núcleo del casting del musical Los Miserables.

Allí, se dieron cita 90 niñas de edades comprendidas entre 6 y 9 años con ganas de encarnar los personajes infantiles de Eponine y Cosette en las funciones que el musical ofrecerá del 2 al 12 de octubre, en plenas fiestas del Pilar, en el Palacio de Congresos de Zaragoza. De las pruebas que se realizaron ayer, se conocerán, durante el día de hoy, las seis seleccionadas para representar a sendos personajes. Tres para el personaje de Eponine y otras tres para el personaje protagonista de Cosette.

"¿Todas las artistas tienen su camiseta de Los Miserables?", preguntaba Luis Sala a unas niñas que vestían ya una camiseta blanca con el dibujo del musical. Las 90 niñas iban pasando a una sala, en la que les esperaba un pianista para acompañarlas en la melodía, en grupos de 16 para que Luis Sala, el director del casting, pudiera escuchar las voces una a una.

ÚLTIMO REPASO

Diez minutos antes de las seis de la tarde, las niñas se arremolinaban en corrillos, y juntas repasaban la canción que tenían que interpretar titulada Mi castillo de cristal. Algunas a capella y otras, incluso se habían grabado la canción en el móvil. "Me la he aprendido hasta yo", reía una madre. "¿Te la sabes?", le preguntaba, refiriéndose a la canción que tenían que entonar, otra madre a su hija. "Pues claro", respondía la niña segura de sí misma. Y es que las niñas veían el casting como un juego. Así es como lo anunció el director del casting: "Esto no es un examen, venimos a pasarlo bien".

Las pequeñas se jugaban ayer participar en Los Miserables en la piel de Eponine y Cosette, los dos personajes femeninos infantiles. Cosette es una niña que, debido a problemas económicos de su madre, unos taberneros tienen que cuidar de ella a cambio de que ésta realice tareas del hogar. Los taberneros no se portan bien con ella y tampoco lo hace la hija de ellos, Eponine. Al cabo del tiempo, los dos personajes se vuelven a encontrar dentro de un triángulo amoroso.

Como es habitual, en cada ciudad en la que el musical se representa, se eligen a niñas de la propia ciudad para que se hagan partícipes del proyecto. Sin embargo, "cuando trabajas con niños menores de edad, tienes que seleccionar varias para compartir las funciones. No pueden hacer el mismo número de funciones que un adulto", explica Sala.

DOTES DE ACTRIZ

En una sala les esperaba un pianista para acompañar las voces infantiles. Las asistentes eran llamadas de dos en dos para cantar Mi castillo de cristal. Y fue entonces cuando las niñas sacaron sus dotes de actrices para interpretar la melodía que cambiaba de un sentimiento triste a uno alegre en menos de un minuto.

¿Pero qué es lo que Los Miserables buscaban ayer en las participantes? "Que puedan afinar, que sean extrovertidas y que sepan transmitir. Ni pretendes que tengan un gran currículum, ni una gran preparación", contestó Sala, y agregó que "algunas estudian música en el colegio, hacen teatro, que tocan algún instrumento musical o cantan, son niñas que vienen con el gusanillo y lo llevan un poco dentro".

Las niñas elegidas participarán en el musical visto por más de 65 millones de espectadores y representado en más de 43 países. "Y todo tiene un buen final en mi castillo de cristal", termina la canción. Y efectivamente, acabará con final feliz para las seis seleccionadas, cuyos nombres se conocerán hoy.