«Es imposible descarbonizar sin justicia social». Así de contundente inicia Juan Guardiola su explicación sobre la exposición Cielos abiertos. Arte y procesos extractivos de la tierra que actualmente se puede visitar en el Centro de Arte y Naturaleza. «El Ruhr en Alemania fue el primero que invitó a autores a intervenir artísticamente en sus minas abandonadas. ¿Cuál fue el resultado? El artista descubrió que Alemania seguía consumiendo carbón pero ahora venía de Sudamérica. Todo lleva a la justicia climática». El director del CDAN introduce esta reflexión en el primer espacio de la muestra coronado por carbón en el suelo que da paso a una gran exposición en la que «la contradicción» prácticamente es la norma.

Una treintena de artistas

Cielos abiertos. Arte y procesos extractivos de la tierra es una muestra que reúne más de treinta artistas y un número similar de obras agrupadas en torno a seis secciones temáticas (Historia, Proceso, Humano, Minas, canteras y graveras, Reconversión y Materia), junto a un caso de estudio dedicado a las Cuencas Mineras de Teruel (Andorra). El objetivo es «intentar ofrecer una mirada poliédrica, diversa, múltiple y, a veces, antagónica en los contenidos de unas obras que reflexionan sobre la relación entre la naturaleza y la tecnología, la ecología y la ciencia o el pasado y el futuro».

Así, durante el recorrido de la muestra el visitante se encuentra a menudo con esa dicotomía de la denuncia por el paisaje artificial que ha creado el ser humano y por el supuestamente puro. «La realidad es que el ser humano siempre ha modificado el paisaje… incluso en este apartado que dedicamos a las Cuencas Mineras de Teruel se ve claro. La ley obliga ahora a que cuando se abandona una mina se restaure el paisaje, como se ve en estas dos fotografías de antes y después pero es que el nuevo paisaje también es artificial», señala Guardiola que antes de llegar a este tramo final de la exposición ha ido repasando las obras que conforman una muestra a través de las secciones antes comentadas.

A través de ellas se repasan aspectos cómo los trabajadores que se han invisibilizado en las minas, esos propios espacios utilizados como estudios para los creadores o incluso la contradicción de volar un paisaje para protegerlo: «Las cicatrices están por todas partes aunque en las minas que no son a cielo abierto parezca que el paisaje es puro», indica Guardiola.

Cielos abiertos. Arte y procesos extractivos de la tierra se puede visitar hasta el próximo 12 de abril (el centro abre de jueves a domingo) y se completa con una instalación en la sala 2 del centro en la que Ignacio Acosta, Louise Purbrick y Xavier Ribas han estudiado el salitre chileno y su transformación. El resultado es una instalación que ocupa una pared completa de la sala y a la que el espectador se puede acercar también a través de una tablet en la que se pueden contemplar todas las obras que conforman el proyecto.