A Joaquín Carbonell lo que más le gusta es cantar, de hecho, la música le ha dado la posibilidad de «conocer España, recorrer todos los pueblos de Aragón» y viajar a varios países de América Latina. El turolense nunca se ha planteado su carrera como «una cuestión artística. He hecho lo que sabía hacer. Soy un señor que hace canciones, un cantamañanas, como me han dicho en alguna ocasión», reconoció con ironía. Y entre canción y canción han pasado ya 50 años desde que el cantautor ofreciera su primer concierto en el Teatro Marín de Teruel. Por eso, para celebrarlo organizará un concierto «no se sabe donde (pero será en Zaragoza) ni cuando» (después del verano) del que el sello de Barnasants editará un libro-disco doble «y si fuera posible un DVD». También habrá una gira «por todos los sitios que nos contraten».

Incluirá un total de 24 canciones de todo el repertorio de Carbonell e incluso «dos o tres nuevas», dijo el cantante; porque en los últimos tiempos «estoy tratando de componer», algo que señaló que le cuesta «mucho», como demuestra el que «tengo muy pocos discos y ninguno en directo». Con su humor característico, afirmó: «Si fuera fácil componer, lo harían los bancos» y precisó aún más al señalar que «componer es difícil, pero componer una canción inmortal es casi imposible».

En este medio siglo ha grabado una veintena de discos, y además de en solitario, dos dedicados a Georges Brassens, varios con otros cantautores y los últimos, con su último proyecto, Los 3 norteamericanos. Algunos de sus temas se han convertido en himnos y «la gente las sigue recordando» e incluso pidiéndoselas en los conciertos pese a que las escribió hace más de 40 años. La peseta, Me gustaría darte el mar o Pascual son tres ejemplos.

El disco servirá para conmemorar esas cinco décadas subido a los escenarios y, al mismo tiempo, el 25º aniversario de Barnasants, quizá el festival más importante del mundo de los dedicados a la canción de autor. De ahí que en la presentación del proyecto, que tuvo lugar ayer en el Pablo Serrano, estuvieran presente Pere Camps, director cdel certamen; Gabriel Sopeña, músico y amigo de Carbonell; y el secretario general técnico de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, quien recordó que en la celebración del Día de Aragón se premió al cantautor con la medalla al mérito cultural y hace un mes se presentó el disco del 45º aniversario de aquel mítico Primer encuentro de la Música popular en Aragón.

PUENTE CULTURAL / Para Carbonell es «un honor tremendo» que hayan elegido a un aragonés para celebrar el 25 cumpleaños de Barnasants. Por eso, aunque se grabe en Zaragoza (él querría haberlo hecho en Teruel pero no será posible) se presentará en Barcelona el año que viene en el marco del festival, aunque su director, Pere Camps lo definió como un «proyecto cultural en red». El objetivo es «servir de puente común entre la cultura catalana y todo el mundo», señaló Camps, hijo de una turolense -de Fortanete- que tuvo que emigrar, aunque señaló que «Aragón siempre ha estado en mi base cultural; es una de mis identidades múltiples», dijo.

Será en ese 2020 cuando presentemos «proyectos especiales» y «no podía faltar un referente de la nueva canción aragonesa» como es Carbonell. Cuando Camps le dijo que no tenía ningún disco en directo suyo, el de Alloza le respondió que él tampoco; así que se propusieron este disco para «recuperar canciones» que Barnasants editará con la complicidad del Gobierno de Aragón.

Pero no será el único proyecto, ya que ese tender puentes también llegará hasta el País Vasco porque «aprovecharemos los 25 años para poner delante del espejo lo que ha significado la canción de autor en la Península Ibérica». Otros de los proyectos «especiales» servirán para «reivindicar a Sánchez Ferlosio» y para «recuperar canciones vascas» con Muguruza.

En Barnasants siempre han participado aragoneses. Desde esa primera edición en 1996 cuando el festival fueron 10 conciertos en las cocheras de Sants, en los que ya estuvo José Antonio Labordeta, en un momento en los que «la canción de autor luchaba por las libertades, que estaban tan en las cunetas como nuestros antepasados republicanos». Hasta los últimos años, que se compone de más de un centenar de recitales.

UNA DOCENA DE VETERANOS / Gabriel Sopeña, por su parte, señaló la dificultad de aguantar 50 años en la canción, ya que en España habrá una docena de representantes, alguno más si se habla de Europa. Además, afirmó que se pueden «tener 50 años de carrera sin más, pero Carbonell se ha constituido en seña de identidad para una generación», por dos motivos, porque «es un artista, no una vedette» y porque «nunca entendió el escenario como un vehículo de lucimiento sino como un instrumento de crecimiento». Pero no solo ha marcado a su generación, si no también a los más jóvenes porque, como recordó Gabriel Sopeña, sus alumnos le definieron a Carbonell como «un autor de canciones», que han versionado Niños del Brasil, Olga y los Ministriles o Mr. Persona, más recientemente.

Y como de canciones va el asunto, de canciones y de directo, el cantautor de Alloza se colgó la guitarra al hombro y acompañado por Gran Bob, Quique Casanova, José Luis Arrazola, Coco Balasch, Kalina Fernández y Richi, interpretó tres canciones que quizá incluya en ese disco en directo que está preparando: Con las luces encendidas, Dónde estabas tú y Me gustaría darte el mar.