El de Jared Leto es un caso curioso. Ha ocupado varias generaciones de carpetas sino que también puede vanagloriarse de haber trabajado con directores de la talla de Terrence Malick y David Fincher. Es un ídolo juvenil y un actor al que se respeta; desde ahora, también uno premiado con el Oscar al mejor secundario. En el principio fue la música. Cuando Leto se mudó desde Nueva York a Los Angeles en los 90, quería dedicarse al rock. Pero la serie Es tu vida hizo de él (y de Claire Danes) una estrella y Leto tuvo que aparcar su prioridad por una temporada. Ya en 1998, cuando estrenó La delgada línea roja, se decidió a fundar la banda Thirty Seconds To Mars con su hermano Shannon. Tras su trabajo en Inocencia interrumpida, El club de la lucha, American psycho y La habitación del pánico tuvo tiempo para grabar con ellos un primer álbum, al que han seguido otros tres. Estrella del rock, director de sus propios videoclips, actor con Oscar, además de célebre filántropo y activista, Leto, de 42 años, es un tipo completo.