-Empiezo por su carta de presentación, al menos en Twitter… Cantante galactropical, ¿es una ceremonia de provocación, quizá de confusión o de dónde sale el término?

-No lo siento muy provocador ni confuso, es una ayuda para toda esa gente que necesita situarte en algún lugar de su estantería. Una manera de definirse sin que se abra demasiado debate sobre si es cierto o no cómo te defines. Se me ocurrió en una entrevista, en la que me preguntaron qué tipo de música hacía y ahí se quedó.

-Se lo preguntaba porque algo de filósofo también creo que tiene Carlos Sadness, ¿no?

-Pues la filosofía me atrajo mucho en un momento de mi vida, solo leía libros de tipos con apellidos imposibles de escribir y creo que estuvo bien aprender de sus pensamientos. Con el tiempo me liberé de existencialismos y liberé de ellos también a mi música en un ejercicio de naturalidad.

-Siempre me ha llamado la atención su vena literaria, ¿de dónde le viene?

-No lo sé, en su momento me quise leer todo lo de Oscar Wilde, pero también de Quim Monzó. Hay algo en la narrativa de Woody Allen que también me llama, ese intercambio entre lo profundo y lo aparentemente sencillo y superficial, me gusta jugar con eso muchas veces. Decir algo lleno de solemnidad y conjugarlo con el color de las uñas.

-¿Entiende la música como la primacía de los textos sobre la composición musical o no es tan radical?

-Ahora no soy tan radical, porque he entendido que la música tiene el mismo peso o más que la letra a la hora de comunicar y emocionar. Creo que lo que hace que la música sea un arte popular es que esa combinación entre sonido y palabra es algo divino a lo que es muy difícil resistirse.

-Sacar un disco en este 2020 casi es un deporte de riesgo…

-Dedicarse a esto lo es, sea el año que sea, pero sí, el 2020 es un circuito complicado. Al final hemos vendido más discos que nunca, porque la gente ama la música a pesar de todo. Lo de los conciertos ya es más delicado, pero mira, alguno hacemos y muchas personas están sobreviviendo gracias a eso, pero es muy difícil, y un montón de gente buena y proyectos se están quedando por el camino.

-Un trabajo en el que apuesta, ya sin subterfugios o escondites, por el misticismo por definirlo, y en el que, dígame si me confundo, ¿defiende el mensaje de Jesús?

-Al principio todo el mundo pensó que era una mofa, pero insisto en que es todo lo contrario, está más cerca de ser un homenaje a Jesús que una crítica. El mensaje revolucionario del amor y el perdón está presente en la música pop muchísimas veces. La pasión, la tentación, el remordimiento, la duda y escepticismo. Obviando toda la interpretación que después le ha dado la Iglesia, que ahí ya no entro a jugar.

-… y, continuando la pregunta que le he hecho anteriormente, si sacar un disco ahora es un riesgo ya no le digo la aventura de salir a defenderlo en directo que no sé ni cómo calificarla.

-Pensábamos que no iba a hacer conciertos, pero era el momento del disco. Además, ¿qué íbamos a saber sobre el futuro? Ya no se pueden planear las cosas como antes, hay que aferrarse un poco más al momento.

-Estamos antes su trabajo más directo, ¿le ha resultado sencillo adaptarlo para la gira?

-Sí, porque es un disco trabajado con los músicos con los que toco. Hemos modernizado la parte de la batería sobre todo, porque es un disco menos clásico en ese sentido y quería que en directo fuera muy fiel a lo que la gente escuchaba en casa. Otras veces he preferido que el show fuera más rock, más movido, pero en esta normalidad prefería la fidelidad.

-¿Cambian muchos sus conciertos ahora con los que hacía cuando no había ninguna restricción?

-Creo que lo importante y lo que nos emociona sigue ahí, sin saltar al público, pero sigue ahí.

-Es una pregunta muy aburrida pero hay que hacerla, ¿cómo ha vivido el confinamiento?

-Trabajé mucho en el arte del disco, en todo el material gráfico que lo acompaña, no solo el formato sino también la promoción del lanzamiento. La verdad es que estuve entretenido y no aprendí a hacer pan, ni nada nuevo.

-Muchas veces la gente tiene una idea equivocada de los músicos, ¿no cree? Me refiero a que quizá está instalada la idea, o esa sesnación me da a veces, de que nadan en la abundancia y eso solo sucede en muy pocos casos y no a lo largo de toda su carrera. Y esta crisis lo ha venido a demostrar, ¿no?

-¿Eso crees? A veces, hablo con gente que no sabe a qué me dedico y cuando digo que soy músico enseguida me pregunta ¿pero vives de eso? Creo que es un reflejo de la certeza de que hace falta ser muy conocido y que te escuche mucha gente para vivir bien de la música, y que en muchísimos casos, con suerte se llega a sobrevivir. Creo que pocas personas se meten en esto pensando que es un buen negocio.