Cada día, sobre las nueve y media de la mañana y tras haber echado un vistazo a los diarios digitales, Javier Pérez Andújar convoca a su equipo de opinadores, que va de Carpanta a Tintín pasando más o menos por cualquier personaje de tebeo que le guste, y los pone a comentar la actualidad. Sus tuits con un titular sacado de la prensa del día y una viñeta sacada de una historieta por regla general del año del catapum provocan la risa de sus seguidores con más frecuencia que una ruleta trucada hace ganar a la banca.

Uno le imaginaba rodeado de pilas de tebeos y con el escáner a mano, quizá incluso con un archivo temático de viñetas como apoyo, pero nanay. Las viñetas son pantallazos. No solo eso: tienen bastante que ver con la casualidad. La cosa es tan fácil como: "Pongo en Google el nombre de un personaje que me parece que le pega a la noticia y una palabra clave y si sale algo bueno, hago el tuit, y si no, pues no -dice Pérez Andújar-. Ojo, hay muchos que no salen".

Hay algún truco, claro está, por ejemplo conocer al dedillo los personajes ayuda, y evitar las palabras evidentes en favor de otras que "toquen más de rasqui" el titular redunda en conjuntos "más simbólicos, con más fuerza porque la viñeta no se limita a ilustrar".

Pese a estos ardides de jugador avanzado, Pérez Andújar no duda en atribuir a la "chiripa" la habitual brillantez de las rimas establecidas, tronchantes unas, irónicas otras, subversivas unas terceras. "Si son graciosos los comentarios que hacen las viñetas es porque son fruto del azar, que te lleva a cosas que no te esperas y que resultan ir que ni pintadas".

El escritor se lo pasa bomba el rato que dedica a esta actividad, y precisamente por eso hace tiempo que decidió ponerle un límite: de lo contrario podría engolfarse y perder horas y horas. Así que una media hora y a otra cosa mariposa.

Puestos a teorizar, Pérez Andújar establece una conexión entre su divertimento matinal y el "surrealismo y sus cadáveres exquisitos", pero lo cierto es que nació como mera "autodefensa". En el 2016 recibió el encargo municipal de hacer el pregón de las fiestas de la Mercè (que acabaría siendo un 'hitazo', por cierto), cosa que no hizo ninguna gracia al independentismo energúmeno. Por cualquier cosa que decía en Twitter le caía la del pulpo. De modo que para que sus palabras no se "envenenaran" siendo utilizadas fuera de contexto decidió dejar de usarlas, aunque ni mucho menos callar. "Se me ocurrió decir lo que pensaba con viñetas. Y aquí estoy". Tres hurras, pues, por el independentismo energúmeno, responsable de los comentarios de la actualidad más divertidos de cada mañana.