Querida Ana María Matute: que me dice una amiga que te escriba una carta, que a ver si así sé qué decir, pero no te creas que es fácil. Porque a ver qué se le dice a quien ya no está, que es lo mismo que hablar sola, pero por ejemplo hablar sola no me da ninguna vergüenza, de esa vergüenza ya no me queda. Así que por eso te escribo, para ver si así con una carta te puedo decir lo que me gustaría decirte, y lo que me gustaría decirte es que te quiero y que me da mucha pena que te vayas.

Te escribo así por lo de mi amiga, que me lo ha aconsejado, y porque, a ver, tantas cosas no se me ocurren, y ya he ido diciendo algunas, que no es esto lo primero que escribo, ¿eh?, que llevo toda la mañana que si la Matute esto, que si la Matute lo otro, y que ya muchas más ideas no me quedan, porque te he dicho de todo, que si eres mi amiga, que si eres mi madre, que si eres mi abuela, y no eres nada, ya, y precisamente porque no eres nada, eres más todavía, porque ya no hay quien te abarque, y mira que en vida ya nos lo ponías difícil, pues ahora más. Que te quiero, te digo, y que no te perdono que me dejes tan sola, porque la orfandad está fea, estarás de acuerdo conmigo, y mira cómo me dejas, mala, con todo empantanado.

De todas formas, me dicen que has vivido mucho y que has vivido bien, y que además, oye, mira, que también se merece una un descanso y tú te has ganado el cielo, y menudo cielo. Por lo que a mí se refiere, te tengo en la cabeza porque eres tan mía, y te lloro, y hasta te digo que te echo de menos, sin habernos visto nunca, y que si pudiera darte un abrazo, te dejaba con la mitad de los huesos rotos, y no me mires así, que te tengo que hablar de broma, porque si te hablo en serio los voy a abochornar a todos, que esperan que te diga algo, no sé, importante, algo de interés, algo que sólo yo pueda decirte, y lo que yo puedo decirte en serio ya te lo he dicho al principio, que te quiero, y que pensaba que no te ibas a morir, porque el amor tiene eso, que es ingenuo, y tú mejor que nadie lo sabes, mejor que nadie sabes quién soy yo.