La actuación seria y esforzada de El Fandi, premiada con una oreja, y la heroicidad de Castella, que a pesar de estar herido siguió en el ruedo y pudo haber tocado pelo también si no falla a espadas, fueron las notas destacadas de la corrida de ayer en San Sebastián.

El Fandi fue todo entrega, con dos faenas muy trabajadas. Y Castella, que no había terminado de definirse en su primero, en el otro estuvo sencillamente heroico al quedarse en el ruedo con una cornada grave que le había atravesado el muslo, y yéndose por su pie al quirófano después de haber acabado con el toro.

Castella no terminó de armar faena en su primero, aunque estuvo muy templado con él, pero quizás sin cruzarse lo suficiente. En el quinto cambió la actitud del torero, que al citar de largo al abrir faena con un pase cambiado por detrás, por ajustarse tanto en el tiempo salió por los aires. Voltereta y cornada, con susto tremendo. Pero volvió a la carga sin mirarse, desoyendo las recomendaciones de las asistencias que querían llevárselo al quirófano. Muy crecido el torero, muy capaz esta vez, muy de verdad. Fue una pena que no matara a la primera porque tanta emoción y entrega hubieran merecido al menos un trofeo.

El Fandi cortó una oreja del toro que abrió plaza y estuvo cerca de otro trofeo más en el cuarto si no llega a ser por la mala colocación de la espada. Faena muy trabajada y seria en ese toro primero, que embestía al paso, que se quedaba corto y no fue nada fácil. En el cuarto, aunque a veces faltó limpieza, las ganas y la raza que le echó le hubiesen valido otro trofeo.

Jiménez anduvo demasiado conservador en sus dos toros. Con su manso pero muy toreable primero tardó en ponerse, y cuando lo hizo estuvo también demasiado precavido. Faena limpia, pero absolutamente fuera de cacho, con lo cual el tendido ni se inmutó.

En el sexto mejoró la cosa, pero sin rematar la faena. Enganchó otra vez al toro por delante, compuso bien la figura, mas de nuevo le faltó rebozarse.