INTERPRETE: Wayne Shorter Quartet

CICLO: Jazz Zaragoza

LOCAL: Sala Multiusos, del Auditorio

FECHA: miércoles, 10

ASISTENCIA: alrededor de 800 personas

Apertura, anoche en la Multiusos, del ciclo Jazz Zaragoza. Sobre el papel, un cuarteto de lujo: el del saxofonista Wyane Shorter. O sea, él en su mismidad, más Danilo Pérez (piano), John Patitucci (contrabajo) y Brian Blade (batería). Sobre el escenario, el esplendor fue menos del esperado. En general, cuando menos. Cosas de los mitos.

Dicho en plata: el concierto terminó justo cuando tenía que comenzar. O sea: andaba el cuarteto atacando la recta final de la actuación cuando descubrimos que estábamos ante cuatro grandes intérpretes. Y preciso: con ganas de tocar. Fue en esa pieza de hipotética despedida, una composición de cadencias latin--jazz, cuando Shorter se soltó la melena que no tiene, y con él sus colegas. Fuerza, emoción, ataque, inteligencia, corazón, vibración... Todo junto y hermosamente dispuesto para facturar unos minutos largos de jazz de altura.

Luego, en el bis de cierre definitivo, el combo intentó rematar la faena desestructurando un Bésame mucho que transitó en su repliegue por variados derroteros. Casi consigue la belleza desplegada un poco antes. Con todo, bendito bis.

Hasta entonces, hasta esas dos interpretaciones que nos hicieron exclamar ¡coño, Shorter!, el saxofonista y sus muy adelantados acompañantes se dedicaron a a estirar el brazo escondiendo la mano. O sea, te doy, pero no. Jugaron los cuatro a demostrar, pretendiendo que no se notase, que son unos músicos de aquí te espero, capaces de darle varias vueltas a la historia del jazz, pero sin sudar la camiseta, valga tan poco jazzística expresión.

Apuntes, esbozos, destellos, pasajes, encuadres... Todo un catálogo de la fragmentación, probablemente muy postmoderno pero poco comunicador. En la presentación del concierto se comparó al cuarteto con una de las bandas de Miles. Si cabe tal cotejo, anoche no funcionó.