El jefe de comunicación de la Casa Blanca, Dan Bartlett, despachó la semana pasada las preguntas sobre Farenheit 9/11 asegurando que las acusaciones sobre los lazos entre los Bush y los Bin Laden incluidas en el documental son "tan absolutamente falsas que no merecen comentario". Ayer, un día después de que el jurado de Cannes diera la más importante muestra de respeto al trabajo de Michael Moore, la postura oficial se ha moderado. "Este es un país libre. Eso es lo que hace a América grande. Todo el mundo tiene el derecho de decir lo que quiera", declaró a France Presse una portavoz de la Administración.

La paz que ayer dominaba las escasas reacciones en EEUU al importante galardón para Moore se puede ver, sin embargo, como la calma antes de la tormenta. Era domingo y el cineasta de Michigan ha estrenado su película en Francia, haciendo que sólo los críticos que han viajado a Cannes puedan opinar con conocimiento de causa.

TORMENTA ASEGURADA

Pero la tormenta está asegurada. Ya ayer, en la ultraconservadora cadena FoxNews una presentadora de un espacio matinal dejaba caer con sus preguntas a su especialista en cine su opinión de que "a Moore no se le puede considerar un documentalista porque tiene una agenda política contra Bush demasiado marcada". El crítico, Bill McCuddy, concedió que "todo el trabajo que hace Moore es política". Pero, probablemente para desesperación de la presentadora, le recordó que "todos los cineastas tienen una opinión".

De momento, EEUU tiene que fiarse de los críticos que han visto la película. Y, a juzgar por sus análisis, el país vuelve a estar listo para la división. Si The Hollywood Reporter Farenheit 9/11 es "sin ninguna duda el trabajo más débil de Moore", para The Washington Post , es "su película más poderosa desde Roger y yo". Si para Variety es "un descarado panfleto cinematográfico para la campaña electoral del 2004", para Los Angeles Times es un trabajo con "secuencias sorprendentemente emocionantes". El crítico del tabloide New York Post ha denostado un trabajo que define como "un petardo mojado". Mientras, el de The New York Times asegura que el último documental del director que ganó el Oscar y un mención especial en Cannes con Bowling for Columbine "sugiere que es un gran cineasta".

La polarización no esconde, en la mayoría de los casos, la propia agenda de los medios donde se alimenta. Y pude ser más si Moore consigue culminar sus planes para estrenar la película en los cines el fin de semana del 4 de julio y el DVD antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Pero eso, aunque casi seguro, está aún por ver.

Después de que Disney anunciara que vetaba a la productora Miramax --su filial-- la distribución de la película, se negoció para que los hermanos Weinstein --los productores-- pudieran comprar los derechos. Ahora, buscan distribuidor.