-¿Cómo llegó a sus manos la historia de Dorothy Levitt?

-Más que la historia llegó el personaje. Fue la primera mujer que participó en una carrera de coches en Reino Unido. Yo estaba buscando datos para mi anterior novela y me topé con Dorothy. Cuando continué indagando me llamó la atención saber que fue quien inventó el espejo retrovisor. Ella lo inventó casi sin pretenderlo. Lo que hacía era coger su polvera y la sacaba por el lateral del coche para ver quien venía detrás y si ella podía maniobrar.

-¿Por qué pese a esto no ha pasado a la historia?

-Porque llevamos muchos siglos de patriarcado. Los hombres han imperado por encima de las mujeres y más hace cien o ciento veinte años. Cuando empezó a correr, las mujeres tenían muchas restricciones y no podían invadir el terreno de los hombres. Las mujeres que han destacado o pretendido destacar han sido calladas y relegadas al olvido.

-¿El libro sirve para dar voz a esas mujeres que quedaron olvidadas?

-He pretendido sacarlas de ese olvido y reivindicar todo lo conseguido no solo a nivel deportivo, sino en todos los ámbitos. Espero que sirva, mi pretensión era sacar a la luz una mujer que fue importantísima para muchas personas en la lucha por los derechos de la mujer. No olvidemos también que Dorothy fue sufragista y una gran voz en aquella época para las mujeres y para la petición de reivindicación del derecho al voto femenino. Es mi pretensión darle voz, sacarla de ese olvido injusto en el que ha estado más de cien años y que se la conozca.

-¿Cuál ha sido el principal reto a la hora de abordar esta novela?

-Ha sido un reto porque hay muy poca información sobre este personaje, no existen libros sobre ella y hay muy pocas entradas en internet, casi todas un corta pega de las otras. El reto ha sido mantener las fechas, las competiciones en las que participó, pero poder introducir personajes ficticios que hay en la novela. Eso es lo más complicado, el poder recrear un ficción dentro de la realidad o una realidad dentro de la ficción y que personajes reales y ficticios convivan y se entiendan entre ellos sin que interfieran unos con otros.

-¿Cómo fue el proceso de documentación?

-Lo primero que hice fue hacerme con su libro. Ella escribió un manual de conducción para mujeres, que con un poco de ayuda pude leer, y las entradas que hay en internet sobre las carreras en las que participó, las competiciones en las que ganó y la gente con la que se juntó. A partir de ahí, tirando de un hilo y de otro es como pude formar el esqueleto de la historia, y con ese armazón empecé a rellenar huecos con los personajes que creé para darle más cuerpo es historia.

-¿Qué podemos encontrar lo largo de esta historia?

-Un mujer adelantada a su tiempo, o como me gusta decir, que adelantó el tiempo para nosotras. Podemos encontrar la adrenalina de las carreras de coches, una Inglaterra que renace después de tantos años de reinado de la época victoriana, que entra en el siglo XX, también un poco de espiritualidad, de tradiciones, de una preciosa amistad con una mujer española. Vamos a encontrar el amor, a conocer a aquellas primeras feministas inglesas, a mujeres que empezaron la lucha por el voto femenino y que en muchas ocasiones lo pagaron con cárcel, torturas o incluso con su vida. Todo eso vamos encontrar en la novela, porque además creo que son cosas que se deben de saber. Entendiendo y conociendo a aquellas mujeres podemos entender mucho del feminismo de ahora, que a veces no se entiende o no se quiere entender y se menosprecia un poco.

-¿Cómo describiría al personaje de Dorothy Levitt?

-Yo te hablo de mi Dorothy Levitt, tal y como la conocí. Creo que era una mujer elegante, más bien tímida pero muy decidida, muy metódica a la hora de trabajar y de embarcarse en aventuras y carreras. Y sobre todo muy coqueta, en su libro daba consejos sobre cómo conducir, pero aparte de cómo arreglar una bujía o cambiar un rueda pinchada, ella decía que una mujer que quisiera conducir necesitaba una polvera y un revólver, eso nos habla un poco de cómo era su carácter. También daba consejos sobre qué vestimenta era la más apropiada para conducir sin perder la elegancia.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de su biografía?

-Evidentemente el hecho de que fuera la inventora del espejo retrovisor. Pero luego investigando, leyendo y preguntando me llamaron la atención otras muchas cosas como que ella era un gran amazona, jugadora de póker, conductora de lanchas motoras, se sacó la licencia de aviación. Ella quería ir más allá. Quería vivir en el mundo y hacer todo lo que podía hacer cualquiera. Me llamó la atención como a pesar de sus problemas de salud lo intentó y lo consiguió. Su inconformismo, como el de cualquier mujer pionera, es lo que más me gustó de ella.

-¿Es el automovilismo aún un deporte considerado de hombres?

-Absolutamente. No es como hace 100 años pero te voy poner un ejemplo. Hace dos meses, cuando salió Más rápida que la vida recuerdo que se terminó el rally Dakar, y vi en un titular que Fernando Alonso había participado por primer vez y lo había completado. Hay una piloto de rallyes que se llama Laia Sanz que lo ha completado 10 veces y nunca la he visto en un titular. Afortunadamente hay chicas jóvenes que se quieren formar como piloto. Yo he conocido durante estos meses a algunas chicas de 18 y 20 años que están en las escuelas de piloto. Lo importante es que sepan que tienen esa opción.

-¿Ayudan historias como la de Dorothy a que las jóvenes vean que tienen la opción?

-Yo creo que si, la de cualquier mujer que haya conseguido algo que se suponía que estaba reservado a los hombres. Si ellas saben que hace 100 años una mujer pensaba como ellas, tenía los mismos anhelos que ellas y lo consiguió, esas niñas verán que lo pueden conseguir también.