El cine de atracos y el drama romántico no parecen dos géneros especialmente compatibles entre sí pero, por otra parte, Jean-Luc Godard los unió en Al final de la escapada (1960) y obtuvo una de las grandes películas de la historia. Michaël R. Roskam no es Jean-Luc Godard. Su nueva película, Le fidèle -presentada hoy fuera de concurso en la Mostra—, no mezcla sino que separa: su primera parte es una historia de ladrones de bancos no especialmente creíble pero llena de músculo narrativo; la segunda, sin embargo, es una tosca sucesión de separaciones lacrimógenas, enfermedades terminales y vidas condenadas por culpa de una mordedura de perro salchicha (va en serio). El resultado es justo como suena: dos medias películas, una de ellas un poco mejor que la otra, pero ninguna realmente satisfactoria.

También de crímenes, aunque estos en el seno de la familia, hablan los dos últimos títulos en presentar su candidatura al León de Oro. Custodia compartida, del francés Xavier Legrand, es la historia de un hombre que perdió a su familia a causa de sus instintos más monstruosos y que, para recuperarla, vuelve a dejarse dominar por ellos. Es decir, violencia de género de manual, abordada de forma totalmente obvia y pedagógica. Legrand no cae en sensacionalismos pero tampoco trata de que su película sea nada más que un alegato. En todo caso, el filme es menos frustrante por lo que es que porque no es lo que su título y su magnífica secuencia inicial prometen: una reflexión de peso sobre un asunto legal tan complejo que ha convertido a Juana Rivas en uno de los personajes del verano.

Hannah, por su parte, arranca con un primerísimo primer plano del rostro de Charlotte Rampling y a partir de entonces no se despega de ella. De inmediato descubrimos que su marido está en la cárcel y durante el resto de la película, mientras la vemos sufrir el rechazo de su propio hijo y otros síntomas de marginación y aislamiento, tratamos de averiguar cuál fue el crimen y qué grado de responsabilidad tuvo ella. Que las pistas ofrecidas revelen demasiado pronto la respuesta solo sería un problema si la película jugara al misterio. En cambio, es el retrato de una mujer condenada socialmente por los crímenes de su marido, y basa su incuestionable eficacia exclusivamente en la interpretación de Rampling, minimalista pero grandiosa. En este momento ella es la gran favorita para volver a casa con la Copa Volpi a la Mejor Actriz en la maleta.

PALMARÉS INCIERTO

A solo unas horas de que tenga lugar el reparto de premios, cualquier predicción sobre el León de Oro debería tener en cuenta que dos de las películas que defensores más acérrimos han encontrado, Madre! y Mektoub, My Love: Canto Uno, son también las únicas abucheadas por la crítica.

De reproducirse esa división entre sus miembros, es posible que el jurado que preside la actriz Anette Bening tome una decisión de consenso. ¿Habrán sido capaces de generarlo títulos como Ex Libris, un (magnífico) documental de tres horas y media sobre una biblioteca, o Lean on Pete, un estudio de personaje que luce su modestia como una medalla? No está claro. Tal vez en su lugar hayan puesto su mirada o bien en La forma del agua o bien en Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri, dos obras de género que no inventan nada pero que funcionan como un reloj suizo.