NUMANCIA

AUTOR: José Luis Corral

EDITORIAL: Edhasa

PAGINAS: 238

PRECIO: 25 euros

El historiador y novelista José Luis Corral (Daroca, Zaragoza, 1957) vuelve a impartir una lección magistral con Numancia. Si en anteriores ocasiones el escritor aragonés se decantó por novelar la catástrofe de la Marina española en la batalla de Trafalgar y por glosar la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, en esta ocasión pone su pluma al servicio de una de las páginas más destacadas y populares de la historia de la España prerromana: las dos décadas de implacable asedio y la posterior destrucción de la modesta fortaleza celtíbera de Numancia por parte de las legiones romanas, derrota militar a partir de la cual Hispania se integró definitivamente en el todopoderoso imperio de la Antigüedad.

La novela, como es habitual en las obras de Corral, deja entrever una exhaustiva documentación con aroma a los añejos textos clásicos de Polibio y Plinio el Viejo, y destila la certeza que da el conocimiento del terreno: las ruinas de Numancia fueron una de las primeras excavaciones arqueológicas en las que participó como profesional de la historia. Con este armazón y una historia real épica como pocas, el autor elabora una entretenida novela bélica que ayuda a entender el brutal choque de culturas y civilizaciones que se produjo en el siglo II aC.

Corral articula su viaje en el tiempo a la España prerromana de la mano de una pareja de héroes, el celtíbero Aracos y el romano Marco, que luchan juntos, se hacen amigos, se separan y se reencuentran, previsiblemente, en el campo de batalla de Numancia. La narrativa de Corral es literariamente digna, pero su mejor virtud reside precisamente en las estupendas recreaciones históricas que consigue. En este caso, su recreación, pese a situarse hace 22 siglos, es de lo más actual. En su momento, Roma sitió y conquistó Iberia en busca de oro y plata, y con la excusa de garantizar su desarrollo y su bienestar. Dos milenios después, otro imperio acude a tierras ignotas prometiendo libertad y bienestar a cambio de barriles de petróleo. Una voluntad de dominio que Corral describe a la perfección en clave romana y a la que antepone el romántico respeto a la diferencia que preconizaban los celtíberos, que tan bien vendría en estos tiempos de globalización en los que hoy vivimos.