El 5 de septiembre de 1615, Juan Bautista Labaña, un reputado cartógrafo portugués, envió a los diputados del Reino de Aragón el primer dibujo del mapa del territorio aragonés que le habían encargado. Ayer, justo 403 años después, el Museo de Zaragoza abrió sus puertas para acoger la inauguración de la exposición Aragón en el mapa, una colección por primera vez reunida que consta de 72 piezas entre las que hay mapas de todo tipo, itinerarios y manuscritos. La muestra hace un recorrido cronológico a lo largo de 500 años de historia con el objetivo de mostrar la evolución de las ilustraciones y dibujos que enseñaron a los aragoneses de entonces y de ahora cómo es el territorio en el que vivimos.

El acto contó con la presencia de José Luis Soro, consejero de Vertebración del ejecutivo de Aragón, Joaquín Palacín, director general de Ordenación del Territorio y Nacho Escuín, director general de Cultura, además de con la de los dos comisarios de la muestra, Fernando López Martín, director del Instituto Geográfico de Aragón, y Consuelo Susín López, documentalista de esta misma institución. En palabras del propio Soro, reunir estas piezas ha sido un «trabajo muy costoso», ya que proceden de un total de de 8 colecciones, públicas y privadas, entre las que destacan la de la Universidad de Zaragoza, el fondo documental histórico de las Cortes de Aragón o la parroquia de Santa María y San Bartolomé de Borja, de donde viene una de las piezas más valiosas.

«Esta exposición es un recorrido por la historia, los mapas y la forma de reflejar Aragón es también una manera de comprender cada momento del pasado. En estos tiempos de manipulaciones, de mentiras y de posverdad, esta era una muestra muy necesaria», dijo ayer Soro en clara referencia al conflicto catalán. «Estos mapas muestran la historia tal y como fue, no como a algunos les gustaría que hubiera sido», prosiguió.

hitos en la historia / Los primeros documentos expuestos datan de los siglos XV y XVI, y en ellos se hace evidente la falta de metodología científica en su elaboración. Los dibujos son muy imprecisos y carecen de escalas, además de que apenas hay referencias a la toponimia de los lugares. Estos primeros mapas fueron extraídos de las distintas ediciones de la Geographia de Ptolomeo, y entre los elementos destacados hay un mapa que muchos expertos consideran que fue revisado y retocado por el genio aragonés Miguel Servet.

Conforme pasan los siglos y se recorren los pasillos, se hace evidente la evolución y la aparición de más detalles en los planos, como información sobre el relieve, toponimia o los diferentes tipos de división territorial que se han dado a lo largo de la historia.

Dentro de la serie de ejemplos sobre la Corona de Aragón, llama la atención un documento de 1667 de Nicolas Sanson d´Abbeville que incluye un desglose de todos los territorios incluidos en la Corona en España e Italia. El gran avance en la producción cartográfica se dio ya en el siglo XVII con los trabajos de Juan Bautista Labaña, que utilizó por primera vez procedimientos científicos, estudios del terreno y mediciones.

El punto final de la muestra lo ponen una serie de instalaciones interactivas con las que los visitantes podrán tomar consciencia de la complejidad y posibilidades de la cartografía hoy en día. Aragón en el mapa podrá visitarse hasta el día 5 de octubre.