"José Martí nos enseñó el valor de la amistad y Aragón". Así lo manifestó Marisela Pérez, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Zaragoza, que recordó los versos que el poeta dedicó a esta tierra: "Para Aragón, en España, / Tengo yo en mi corazón/ Un lugar todo Aragón, / Franco, fiero, fiel, sin saña". Y es que las Universidades de Zaragoza y La Habana ayer estuvieron más cerca que nunca, con la donación de material sobre cine cubano que recibió la entidad aragonesa.

Se trata de una colección de quince carteles de películas (Se vende, El maestrico, La comedia italiana, papeles de culto, Hart, pasión por Cuba y Conducta), entre otros, todos ellos serigrafías hechas por grandes artistas cubanos; películas (Lucía, José Martí, el ojo del canario, Memorias del subdesarrollo, El Beni, Boleto al paraíso y Antología de Santiago Álvarez); y una treintena de libros sobre cine cubano y latinoamericano; pertenecientes al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Marisela Pérez, en representación de la profesora María González Mafud, coordinadora del ICAIC, que no estuvo presente, aseguró que este legado permitirá "acercarse a la cultura cubana desde el cine".

Por parte de la Universidad de Zaragoza estuvieron presentes Concha Lomba, vicerrectora de Cultura; Eliseo Serrano, decano de Filosofía y director de la cátedra José Martí; y el director de la Biblioteca, Ramón Abad.

Lomba aseguró que es un "honor" recibir este legado a la cátedra José Martí, que se creó en el año 1996 y que "ha continuado todos estos años pese a la crisis", dando la posibilidad a un profesor de la Universidad de Zaragoza de "estudiar o investigar en Cuba" y a uno de la Universidad de La Habana de hacerlo en Zaragoza.

LA JUVENTUD DEL HÉROE

Además, cada año se organizan unas jornadas (el año pasado se dedicaron a Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier) y este año al cine cubano. Por eso, ayer se proyectó una de las películas que forman parte de la donación, José Martí: el ojo del canario, que fue presentada por el profesor --recientemente jubilado-- Manuel García Guatas. La cinta recoge a modo de documental los primeros 17 años de Martí. De hecho, termina con la madre bajando la escalera del palacio del gobernador donde le había pedido la venia del destierro a España de Martí "para que pudiera seguir el bachillerato y proporcionar algún alivio económico a su familia". Y es que Martí había sido condenado con 16 años a las canteras durante seis años por su fervor independentista. En Zaragoza estuvo 19 meses y en Madrid poco más de dos años. Aquí terminó el Bachillerato, estudió Filosofía y Derecho, pero eso, forma parte de otra película.