El drama está en la pista… pero de manera literal. El circo pasa por un momento crítico y más todavía el aragonés después de que el confinamiento le haya llegado en el peor momento, «el 80% de nuestros espectáculos los hacemos desde San Jorge hasta el Pilar», relata Eduardo Lostal, presidente de la Asociación de Profesionales del Circo de Aragón (Carpa), precisamente justo cuando mañana se debería celebrar el Día Mundial de Circo (siempre es el tercer sábado del mes de abril).

Con ese motivo, la asociación ha lanzado un comunicado en el que quiere llamar la atención sobre su situación y lo urgente que es articular medidas para que no se eche por tierra todo lo conseguido hasta ahora. «Reivindicamos la singularidad de los cirqueros y cirqueras que vivimos siempre en el alambre, haciendo malabares para cuadrar giras y bolos y pendientes siempre de que haya una red sobre la que caer. La pandemia llega justo en el momento en el que los artistas de circo salimos, literalmente, a la calle. Porque las plazas de Aragón son nuestro principal, y a veces único, escenario. El periodo de incertidumbre del Covid 19 abarca justo los meses en los que facturamos más del 80% de nuestros ingresos anuales. Hasta la fecha, los socios y socias de Carpa hemos sufrido la cancelación de 121 eventos que suponen 252.687 euros (...) Pedimos a los ayuntamientos y comarcas para que reprogramen los eventos porque vendrán días de sol y buen tiempo y lo disfrutaremos con el público. Reivindicamos la creación de actividad posCovid19 con precios populares para pasar con una sonrisa lo que estamos viviendo», reza un comunicado, que alerta sobre la situación de un frágil sector, tal y como relata Lostal: «Atravesamos una situación muy complicada con mucha incertidumbre y, sobre todo, es un momento de mucha preocupación para muchas compañías. En el circo tenemos unas estructuras que son muy frágiles y si ya partimos de una precariedad del sistema, en el circo es más latente y cualquier pequeño imprevisto, tambalea todo. En Aragón, muy pocas compañías somos empresas, la mayoría son asociaciones y freelance y están marcadas por la intermitencia, la temporalidad y la excepcionalidad».

De hecho, «con todos los bolos ya cerrados y la temporada planificada, después de que desde octubre a marzo, no hay nada… algunos tienen un grave problema de supervivencia», señala Lostal, que apunta una de las reivindicaciones del sector: «Que no se pierdan los presupuestos de cultura, no es solo que no se cancelen los espectáculos sino que se aplacen, que se haga pero con cargo a este año, al 2020, esto significa que no perdamos el dinero ya presupuestado para cultura». Algo que se une a medidas específicas para el sector: «Muchos no puede acceder a las medidas del ministerio, son medidas razonables para el resto de los sectores, pero en el de las artes escénicas muy pocas personas se pueden acoger porque no son empresas y están totalmente desamparados. Necesitamos medidas específicas para la cultura», reivindica Lostal, que concluye de manera directa: «Para nosotros es perder ya todo el año porque aunque cada vez actuamos más en teatros, ¿cómo vamos a hacer espectáculos de calle en diciembre?».