«Estamos dentro del círculo de la noche y somos consumidos por el fuego», canta en latín Soap & Skin. Los discos que siguen no son la música de fondo del Infierno, de Dante, pero en algunos de ellos hay oscuridad y ruido. Y mucho fuego.

Elvis Costello está de vuelta. Con el disco Look Now (Concord Records), registrado con The Imposters, con quien hacía 10 años que no trabajaba. Costello ha confesado que entró en el estudio de grabación cuando ya le habían diagnosticado un cáncer del que parece que ya está curado (hoy empieza gira de presentación). El título del álbum parece indicar cierta urgencia, pero su contenido desmiente esa sensación. Es un trabajo pausado y elegante. En un par de piezas (las hermosas baladas Dont’ Look Now y Photographs Can Lie) cuenta con la música y el piano de Burt Bacharach, y en Burt Sugar Is So Bitter comparte autoría con Carole King. Es una apuesta de alto contenido emocional que muestra no pocas de las inclinaciones las sonoras de del mago Costello.

Sabemos que el grupo Low combina lo delicado y lo abrupto, lo armónico y lo ruidoso. Ahora, con Double Negative (SubPop/ Everlasting) aprieta las tuercas a su propuesta mostrando un sonido radical. Dicen que el título está inspirado en aquella doble negación de Donald Trump a propósito de la posible interferencia de Rusia en las elecciones norteamericanas: «No veo ninguna razón por la que no haya podido ser Rusia». Político o no, en el disco se cantan cosas como Algún pobre cabrón, en el fondo del lago, tomó el camino equivocado hacia arriba cuando el suelo empezó a romperse. Es un largo camino. Es el precio que tenemos que pagar (Poor Sucker). Oscuro y luminoso a un tiempo, en Double Negative el ruido es melodía y la melodía, a veces, ruido. Una pieza suena a cantata, y otra, a recreación de rock clásico de tiempos medios. ¿Estamos ante una nueva mutación de Low? No lo sé. De momento, disfrutemos con este espléndido artefacto neobarroco.

La austriaca Anja Plaschg, Soap & Skin, o sea, presenta un tercer disco hermoso, titulado From Gas To Solid. You Are My Friend (Play It Again Sam / Pias), en el que combina hallazgos con experimentación. Podríamos citar a Björk entre sus influencias, pero sería injusto quedarse ahí: Soap & Skin traza su propio y sinuoso camino. Algunas piezas transitan entre la obertura operística y las composiciones sacras, y todo respira una vigorosa modernidad. Cierra con una impagable versión de What A Wonderful World.

Ben Khan, con raíces en el subcontinente indio, debuta con un disco homónimo (Dirty Music / Music As Usual), una apuesta electropop de coloratura funk, aires futuristas, pulsaciones vibrantes, una cierta espiritualidad y una producción destacada. Buen juego de influencias.

Brillante repaso a la carrera de Barry Adamson, quien militó en Magazine y en The Bads Seeds, el grupo de Nick Cave. Las dos bandas están en Memento Mori (Mute/ Pias) completando un torrente de músicas para películas reales y ficticias. De la música negra al rock onda Bowie. Y más.

Este disco se gestó en la época de Twin Peaks, pero ve la luz ahora. Hablo de Moder Music (Sacred Bones / Everlasting), de Thought Gang, o sea, Angelo Badalamenti y David Lynch. Se trata de una perturbadora y perversa banda sonora, repleta de free-jazz, ruidismo, locura y ciencia ficción.

La pianista Clara Peya una de las artistas catalanas más sobresalientes, presenta Estómac (Satélite K), disco conceptual en el que intervienen referencias que van del pop y el jazz a la electrónica. Magalí Sare pone voz a unas composiciones redondas, abiertas y repletas de detalles.

Miedo (Enunplispas música / Altafonte) es la banda sonora del espectáculo homónimo de Albert Pla y Raül Refree, que funciona bien fuera de la escena. La pareja da la vuelta a los terrores infantiles y a los otros. Muestra terror circense y canción de autor inquietante. El 24 de noviembre Miedo estará en Zaragoza.

También pasará por la ciudad (mañana) el grupo instrumental Toundra, del que recuperamos su disco Vortex (Sony Music). Expresión sacada de la mecánica de fluidos, Vortex se materializa aquí en forma de ambientes, texturas, paisajes y evocaciones, en una gozosa mezcla de tempos y músicas: del metal a los aires flamencos, pasando por los ritmos dolientes de Joy Division.