DIRECTOR Michael Mann

INTERPRETES Tom Cruise, Jamie Foxx

PAIS EEUU

AÑO 2004

CINES Augusta, Goya, Palafox, Warner

En una de las mejores secuencias de Collateral , el asesino a sueldo que encarna Tom Cruise invita al taxista al que ha tomado como conductor y rehén, Jamie Foxx, a tomar unas copas en un local de jazz. Al taxista no le gusta este estilo musical porque carece de melodía. El asesino le explica que el jazz es improvisación, y que improvisación es también lo que están haciendo ellos esta noche.

Tras dos películas con fuerte componente social, El dilema y Ali , Michael Mann recupera la la fórmula de Heat , su estupendo thriller sobre la relación de rechazo y atracción entre un policía y un ladrón. En Collateral se produce, aunque de forma más tímida, una similar empatía entre dos individuos situados en lados opuestos de la ley: Mann los contempla a ambos con la misma distancia focal, sin emitir juicios morales ni, tampoco, hacer del asesino una figura romántica o desclasada.

En este duelo entre profesionales, el de la pistola y el del volante, no hay vencedores ni vencidos, aunque el final pueda hacer pensar lo contrario. Quizá porque lo interesante para el director es lo que acontece durante ese viaje nocturno por las calles solitarias de Los Angeles, las decisiones improvisadas que toma un hasta entonces apocado taxista y los gestos comprensivos que a veces se le escapan al asesino.

Rodada con una luz especial, Collateral es un filme tan intenso como sereno, con esa elegancia nada impostada que caracteriza al cine de Mann. La secuencia de apertura, con la charla entre el taxista y la fiscal que sube al vehículo (Jada Pinkett Smith), es una auténtica lección de cómo filmar una conversación a dos bandas. La organización de la película en pequeñas y grandes piezas autónomas (la escena del club de jazz, la conversación en el bar del narcotraficante que interpreta Javier Bardem) muestra de nuevo el armonioso talento de un cineasta que se mueve de maravillas en el engranaje industrial.