«Ser creativos, jugar y no os empeñéis con el pincel». Rebullida siempre se ha planteado la pintura «como un juego» y prueba de ello es que no deja de dar esos consejos a los que le escuchan incluso en la presentación de una gran exposición (Materia y luz) que inauguró ayer en la Lonja de Zaragoza, donde se podrá visitar hasta el 1 de julio. En el acto estuvo acompañado por el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, y de la jefa de servicio de Cultura del consistorio de la capital aragonesa, Romana Erice.

«Aunque a mí me han metido en la corriente de la abstracción matérica yo creo que mi obra se basa en una figuración que se acerca a los abstracto», explicó ayer Rebullida acerca de una muestra que cuenta con 57 cuadros, el primero de ellos de 1992 y los últimos, casi la mitad de los expuestos, de los últimos dos años. «En estos más recientes -recalcó Rebullida-, he pintado los paisajes que me ha impuesto mi subconsciente y he creado mundos imaginarios en la serie dedicada a los planetas» siempre con el objetivo final de «transmitir la alegría de vivir». Algo que va en consonancia con lo que significa la pintura él: «Para mí, pintar es una terapia, si no, estaría en un psiquiátrico».

A 50 CENTÍMETROS DEL SUELO / Rebullida, que pinta en horizontal sobre una mesa de ping pong grande elevada 50 centímetros del suelo, busca «sobre todo sugerir, que el que vea el cuadro piense qué es lo que está viendo» y, para ello, «utiliza muy poco el pincel» ya que apuesta por «las texturas que realiza a menudo con espátulas que él mismo se ha construido». «Este cuadro de ahí -dice señalando a unas de sus obras- lo rematé con una escoba. La clave es divertirse», explica un artista que lleva 50 años de carrera y que tiene clara su filosofía: «Siempre intento pintar como si fuera un juego, y algunas de las veces tengo la impresión de no ser yo el responsable de mi obra. Es como si alguien guiara mi mano independientemente de mi propia voluntad, y esa realidad interna me parece tremendamente evocadora y creo en ella».

En las dos primeras salas de la exposición se pueden contemplar las obras de su primer periplo (desde 1992 hasta hace dos años que empezó la producción para esta muestra) «en un orden en el que no hemos primado lo cronológico sino lo estético, es decir, la primera obra que se ve no es la más antigua para mantener un discurso más pictórico».

En las siguientes salas, ya empiezan las texturas y es donde comienza a coger importancia un azul que deja la impronta en toda la muestra, un color que «imprime la alegría de vivir». Mención especial merece la sala dedicada a los planetas en la que se pueden contemplar diferentes cuadros en el que Rebullida vuelve a jugar «con la sugerencia para que el espectador se plantee que está viendo».

Los años de experiencia que posee el artista, explicó él mismo, le han dado «la seguridad y la confianza para poder afrontar el juego de pintar» y, aunque dijo alegremente que «todo el mundo puede pintar», enseguida reflexionó y dijo que se refiere a que «lo importante es ser creativo».

Para Fernando Rivarés, «se trata de un artista de talento local al que quizá no se le había hecho justicia y está congrasídismo por lo que se merecía esta exposición que es de una intensidad única y de estilo personal». En torno a la muestra se han organizado dos visitas guiadas que correrán a cargo del propio artista que serán el 24 de mayo y el 7 de junio (a las 18 horas) con la intención de «cuidar al público que se va a enamorar de la pintura y todavía no lo sabe», señaló el consejero de Cultura, Fernando Rivarés. Ya se puede reservar plaza en la propia Lonja.

Materia y luz se podrá visitar, con entrada libre, hasta el 1 de julio los días laborables de 10 a 14 y de 17 a 21 horas y los domingos y festivos, de 10 a 14.30 horas. Los lunes estará cerrada la Lonja.