El Salón del Cómic de Zaragoza tuvo que cerrar ayer sus puertas a eso de las siete de la tarde debido a la gran afluencia de público que dentro de la sala Multiusos intentaba acercarse a alguno de los estands para comprar o informarse de las últimas novedades o conseguir una firma. Pero fuera era casi peor, ya que la fila para poder entrar a esa misma hora llegaba hasta la Cámara de Comercio, casi casi hasta Isabel la Católica, si no llevabas entrada; y si ya la tenías, el bucle te hacía girar por la plaza de entrada a la sala.

"Todos los años hay que cerrar puertas", señaló ayer Antolín Teres, jefe de programación del servicio de Centros Cívicos del Ayuntamiento de Zaragoza, organizador de la cita, lo que significa que dentro de la Multiusos había "5.000 personas", pero este año, según sus cálculos, ayer por la tarde había pasado un 10% más de público que el año pasado, aunque para cerrar cifras habrá que esperar hasta hoy. ¿La solución? "Esperamos un rato y conforme va saliendo gente, se deja entrar".

En la fila, todos esperaban "con paciencia" y buen humor "y si no vendremos mañana", aseguraban. Mientras, los afortunados que habían podido entrar disfrutaban tanto de los estands como de las actividades organizadas. Y eso que pasear ya era casi como protagonizar una de las historietas porque igual te cruzabas con Pikachu, Xcar Malavida con su delantal de Estoy hecho un cocinicas, que con una Lolita o con un grupo de seres inclasificables que cantaban una canción cuya estribillo era "caracoles asesinos. Por el lindano".

Mientras, en la Comicteca, una docena de personas participaba en un encuentro entre humoristas gráficos con Postigo, de EL PERIÓDICO, Cano, Vergara, Guillermo, Monteys y Lluis Recasens LIAvi; y en la sala de charlas, el protagonista era Gilbert Shelton, una "leyenda viva del cómic", uno de los representantes del cómix o cómic underground, creador de Superserdo, Los fabulosos freak brothers o el gato Freddy, que actualmente trabaja en la serie Not quite dead, que hace referencia a una imaginaria banda de músicos; y es que la música es una de las pasiones del creador. "Elegí el cómic porque tenía más posibilidades", reconoció, durante su encuentro con fans, donde recordó anécdotas de sus encuentros con Janis Joplin o Bob Dylan.