En sus ya 20 años de andadura -que se dice pronto-, la editorial Libros del Innombrable se ha caracterizado por ofrecer un catálogo cuyas novedades casi siempre pillarán por sorpresa al lector, debido a su original propuesta de títulos y autores.

La reciente publicación de En el árbol del dios doliente, con ese título de mayúsculas ausentes, confirma esa virtud que va más allá de lo marginal para explorar territorios que trascienden los horizontes más conocidos.

Su autor Josep Soler es sobre todo conocido como músico, pero también cultiva otras facetas como la de ensayista, crítico o poeta. En estos últimos aspectos, como creador a través de la palabra escrita, se centra el volumen ahora editado, ya que en sus más de 700 páginas se recogen textos que el autor ha escrito a lo largo de su vida -nació en 1935-. No obstante, y como no se podría obviar su creación musical, al libro le acompañan dos cedés en los que se recoge una muestra forzosamente pequeña de su vasta labor como compositor, con el aliciente además de ser piezas inéditas.

Adentrarse en las páginas de En el árbol del dios doliente es hacerlo en un espeso bosque cuya frondosidad puede resultar inquietante en un principio. Tanto en los textos más reconociblemente poéticos como en los que se acercan más al ensayo, la prosa biográfica o incluso al teatro hay siempre una seria vocación de búsqueda existencial, así como una profunda espiritualidad donde también resuena el eco de la heterodoxia, de una senda que transcurre en paralelo a las corrientes principales y que solamente se atreven a hollar algunos iniciados, con una base cristiana pero que la trasciende y apunta al panteísmo de Spinoza.

Así se entiende bien ese dios en minúscula que se asoma en el título del libro, y que sintetiza bien la propuesta de un creador que esquiva los cauces estrechos y se eleva por encima de ellos.