Carmen y Lola es la primera película que trata un tema tabú: una historia de amor entre dos adolescentes gitanas. Esta circunstancia ha provocado que el equipo haya tenido que enfrentarse a múltiples problemas y que el rodaje haya estado plagado de anécdotas que nos explica su directora, la vasca Arantxa Echevarría:

-Una película femenina: No solo la dirección y el guion han sido obra de una mujer, el máximo protagonismo también corresponde a dos chicas como ya indica el título. Pero es que también las hay en muchos otros apartados: productoras, compositora, fotógrafa, vestuario, diseño de arte, maquillaje y peluquería, etcétera.

-Actores no profesionales: Todo el reparto está compuesto por gente que debuta delante de las cámaras con una excepción: Carolina Yuste, que interpreta a Paqui, la amiga de las jóvenes, que es una habitual en el teatro y hemos visto en la serie La sonata del silencio. Me engañó, me dijo que era gitana y es paya. Pero su prueba fue estupenda. Es de Badajoz y allí tiene muchas conexiones con gitanos.

-El reconocimiento de un gran certamen: Pese a tratarse de una primera película, el festival de Cannes la seleccionó para participar en su prestigiosa Quincena de los Realizadores. Fue una pasada porque en esta edición se celebraban los 50 años del mayo del 68 y también de esta sección. Fue ver como una película pequeña se abre y se vuelve internacional y enorme. Quieren hablar contigo agentes de venta y conversé con el productor de Mustang, que estaba muy interesado en el filme.

-Dos gitanas en la Croisette: Una de las imágenes que más me impactó fue ver a las dos protagonistas, dos chicas gitanas que no han salido nunca de su barrio, paseando por la Croisette de Cannes mientras la gente les hacía fotos. No se creían lo que les estaba pasando.

-Una première inolvidable: Fue muy emocionante, al final de la proyección veía como el público aplaudía y gritaba con lágrimas en los ojos. Miraba a mis protagonistas y ellas no paraban de llorar. Después, en la fiesta posterior, Rosy Rodriguez (Carmen) me comentó algo que nunca olvidaré, me dijo que estaba muy feliz porque por primera vez alguien valoraba lo que hacía y, al mismo tiempo, triste porque se había acabado la película, el sueño.

-Buscando el máximo realismo: Intentamos darle un tono documental para que fuera más realista. Rodamos en un mercadillo de gitanos abierto al público y teníamos un puesto de fruta que alquilamos. Lo más curioso es que muchas veces vinieron clientas a comprarnos sorprendidas por los precios tan baratos que teníamos y algunas de esas escenas se han quedado en la película

-Los problemas: Por lo general, todo fueron experiencias positivas, aunque algunos gitanos estaban en contra de la historia de amor lésbica que explicábamos y me gritaban diciéndome que estaba endemoniada y se quejaban porque se veía a dos niñas gitanas que estaban fumando.

-El personaje desaparecido: Había un personaje en el guion inicial que tenía bastante importancia, era el de la madre del novio, que tenía unas 15 sesiones. Pero un día, la mujer que lo interpretaba me llamó para decirme que su marido había hablado con el patriarca y la habían desterrado y no pudo volver. Incluso me sugirió que su madre estaba dispuesta a sustituirla para que hiciera su papel. Finalmente, tuve que quitar todas sus escenas, cambiarlo todo y eliminar el personaje.

-La inocencia de una novata: Zaira (la actriz que hace de Lola) me preguntó en la semana cuatro de rodaje cómo acababa la película, porque no había leído el guion; lo hacía día a día y así se iba enterando de lo que ocurría.

-El pedido: Para la ceremonia gitana en la que se pide la mano de una chica les preguntamos qué necesitaban. Nos dijeron que pollos, croquetas y un salón muy grande y les pedimos que se comportaran como suelen hacerlo en esas ocasiones. Pero, claro, fue todo muy improvisado, se movían muchísimo y la directora de fotografía iba loca.

-El contraplano: Uno de los actores no veía clara la parte técnica, lógicamente, y no entendía que había que rodar el plano y el contraplano y puso muchos problemas diciendo que no quería repetirlo porque ya lo había hecho y no salía casi su imagen. Fue extenuante pero muy divertido.

-El principio de una gran amistad: Al finalizar el rodaje nos habíamos convertido casi en una familia. Ellos admitieron que habían aprendido mucho de los payos. Por ejemplo, a dar las gracias, algo a lo que no están acostumbrados ya que dan por hecho que se intercambian favores, hoy por ti mañana por mí. Ahora tengo 150 familias, cuando llegue Nochevieja va a ser un lío. Hemos establecido unos lazos muy sólidos hasta el punto que Moreno Borja (que interpreta a Paco, el padre) va a ser el padrino de mi hijo.

-Un futuro esperanzador: Poco después de los primeros preestrenos, un representante se interesó por Zaira y ya tiene trabajo, va a ser la nieta de Carmina Barrios (Carmina o revienta) en su nueva película. Rosy consiguió un agente justamente este miércoles y a Borja le hicieron una prueba e interviene en Arde Madrid, la serie de Paco León. Ahora le han llamado para otra serie donde lo mejor es que hace de payo.