El libro Guillermo Gúdel. Biografía de un poeta esencial de Antonio Gracía-Diestre, que en el 2001 ganó el premio Benjamín Jarnés y presentado ayer en Zaragoza indaga en la vida de un personaje singular nacido en 1919 en Coscojuela de Fantova y fallecido en Zaragoza en abril del 2001, recordado como "el poeta más triste dentro de la Peña Niké", según la semblanza de Antonio Pérez Lasheras. Este profesor universitario de Literatura, tras referirse al "humor amargo" y a la vida del poeta como "truncada por un azar lastimero", se encontró de sopetón con la anécdota de primera mano relatada por el autor del libro, tras decenas de horas de conversación grabada con el biografiado:

"--Creo --le decía Diestre--, que te estás inventando ese rollo de la tristeza y nos estás engañando a todos".

--Je, je, replicaba, socarrón, el poeta. En cualquier caso, huérfano de padre desde muy niño y con la madre internada en un psiquiátrico, Guillermo Gúdel se encuentra en el hospicio de Huesca con sus hermanos, cuando una bomba de la guerra civil los separa. El es trasladado al orfanato de Zaragoza y es reclutado para la batalla del Ebro, consciente de que su hermano figura en un batallón del bando contrario. La zozobra de poder estar disparando de forma fratricida le persigue.

Pérez Lasheras destacó al Gúdel poeta como dueño de "un formalismo exquisito". Carente de estudios, se dedicó desde muy joven a las artes gráficas: Trabajó de componedor, linotipista y corrector y con su amigo Luciano Gracia fue uno de los fundadores de la Peña del café Niké. "Hecho a sí mismo, se tuvo que enfrentar a la vida con una mirada limpia, conocía más de 25.000 palabras y llegó a creer que no valía la pena luchar", declaró Pérez Lasheras. El autor del libro confesó que se acercó a Gúdel por la satisfacer la curiosidad, porque "no concebía que el poeta y la persona pudieran ser el mismo".