Con mucha expectación y nerviosismo esperaban los asistentes a que llegaran las 19.00 horas para descubrir quién sería el artista encargado de ofrecerles un bien íntimo recital. Y es que apenas una veintena de personas fueron las elegidas para poder asistir a este primer Youth Secret Concert, una iniciativa a la que se apuntaron más de cien personas que decidieron asistir a un concierto sin saber de qué artista ni en qué lugar para celebrar así el Día de la Música, que se celebró ayer. Este proyecto del Consejo de la Juventud de Zaragoza resulta novedoso en la ciudad, y aunque no es el primer concierto de estas características, sí que resulta paradigmático y sienta un precedente que ya es habitual en otras ciudades europeas y españolas.

El mecanismo era sencillo: los interesados debían apuntarse en un listado y si eran lo suficientemente rápidos serían los afortunados. 24 horas antes de la cita recibirían un correo con el lugar donde se iba a celebrar el evento, en este caso la sede del Consejo de la Juventud, situada en la calle San Lorenzo 9 del zaragozano barrio de la Magdalena. ¿El artista invitado? Nadie lo supo hasta el momento de comenzar el acto.

«Yo creo que será Bruno Mars, porque está de gira por España y total entre Madrid y Barcelona Zaragoza le pilla de paso», decía Patricia, una de las asistentes, a lo que su amiga María le corregía. «Cuando he visto el teclado he pensado que podría ser Nacho Cano, que él es mucho de estas cosas», bromeaba.

Y no, finalmente no fueron ni el norteamericano ni el ex de Mecano, sino Ariadna Redondo, una cantante zaragozana conocida por ser finalista en el programa Got Talent. Redondo se levantó de entre el público cuando se anunció su nombre y, aunque muchos no cayeron en la cuenta de quien era, sí que comenzaron a asentir con la cabeza cuando la artista se presentó y, sobre todo, cuando comenzó a cantar.

La impecable voz de esta artista solo estuvo acompañada por un teclado y por el eco de su propio cante, que utiliza para dotar a sus espectáculos de un aura mística única. «Por el tipo de música que toco este tipo de conciertos reducidos me vienen muy bien, porque es música que tiene que ser escuchada atentamente. Además, a mí me gusta interactuar con el público e improvisar, así que perfecto. Me hizo muchísima ilusión cuando me llamaron», comentó Redondo, que en el repertorio incluyó temas propios y versiones de otros artistas.

Esta iniciativa sirvió además como método para el Consejo de la Juventud para intentar que se conozcan sus instalaciones. «Un concierto es una buena excusa para darse a conocer. Tenemos instalaciones preparadas que todas aquellas asociaciones juveniles que quieran puedan utilizarlas. Estamos muy satisfechos con la recepción de este primer concierto secreto», decía Sergio Falces, uno de los responsables.