Con motivo de conservar el vasto patrimonio cultural de Zaragoza, la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, firmaron ayer un convenio por cuatro años para el estudio e intervención de los monumentos situados en las calles y plazas de la ciudad. Este pacto entre DGA y consistorio de la capital aragonesa, que valorará el estado de hasta 250 piezas presentes en los espacios públicos, estará asesorado por la Escuela Superior de de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón que también movilizará a sus docentes y alumnos para la intervención de las piezas.

«Es un día tremendamente gratificante», expresó la consejera, que calificó de «necesaria» la cooperación entre las administraciones ya que «ambas se deben a este proyecto que busca optimizar los recursos y velar por nuestro riquísimo patrimonio». Pérez quiso recordar la importancia del convenio para la Escuela de Restauración de Huesca, que realizará la labor de asesoramiento al ayuntamiento y que «cuenta con un magnífico cuerpo de docentes y alumnos que con este convenio tendrán la oportunidad de mejorar su educación y ponerla al servicio de la ciudadanía».

Por su parte, Rivarés quiso destacar el amplio abanico de patrimonio susceptible de ser restaurado con el que cuenta la ciudad: «En Zaragoza contamos con alrededor de 5.000 piezas, de las cuales 250 se encuentran en la calle», explicó el concejal, que detalló el procedimiento de intervención sobre las obras en cuatro fases: Una primera de análisis de situación, en la cual «la Escuela diagnosticará el estado de la sobras» mediante un sistema de fichas. La segunda, de elaboración del plan de trabajo sobre cada una de ellas, la tercera, de planificación de calendario, y finalmente, la cuarta, de ejecución. «El objetivo ahora es realizar una ficha de cada una de ellas y después aplicar un orden de intervención según la prioridad», reconoció Rivares, que añadió: «Aspiramos a que con el tiempo ninguna pieza se quede sin tratar».

Además, Rivarés quiso aclarar que el calendario será pensado en base a criterios «artísticos y técnicos», y que pondrá especial atención en las «actuaciones preventivas» sobre aquellas obras que presenten un estado de deterioro latente, así como aquellas que hayan sido sujeto de «restauraciones fallidas» y precisen de una «intervención correctora».

Por otro lado, Pérez quiso alabar la intervención de la Escuela de restauración sobre la Estación de Canfranc, una restauración que puso como ejemplo de las labores que se realizarán durante los próximos cuatro años.