Tras cinco años de silencio musical, el oscense Javier Almazán, Copiloto, vuelve a los escenarios con el deseo de que las canciones de su nuevo álbum, Abrazos salvavidas, «acompañen a la gente y las hagan suyas». Hoy a las 19.00 horas actúa en el Centro Cívico Delicias de Zaragoza para presentar su nuevo trabajo.

-Con ‘Abrazos salvavidas’ dice que vuelve para quedarse. ¿Qué le ha llevado a tomar esa decisión?

-Es una necesidad. Llevaba cinco años desde que me bajé del escenario por última vez, en agosto del 2016. Empaqueté todos mis instrumentos y dejé incluso de escuchar música, no solo de hacer. Me esperaban unos años un poco duros a nivel personal, unos cambios en mi vida que cristalizaron a principios del año pasado, en 2020. Y luego, además vino, la pandemia. Me mudé y me encontré conmigo mismo otra vez a solas, prácticamente desde hacía muchísimos años. Poco a poco fui cogiendo la guitarra. Cuando no tienes nada que contar, lo mejor que puedes hacer es no hacer nada, pero cuando tienes necesidad de contar, tienes que sacarlo fuera.

-La pérdida, la enfermedad, la ruptura sentimental, la paternidad... ¿Qué temas presenta en las seis canciones que componen este álbum?

-Los autores a veces escribimos de cosas que están pasando en ese momento y, otras veces, no podemos porque estamos demasiado superados e incluso bloqueados. Entonces, recurrimos a la memoria, recordando sentimientos o situaciones que ya han pasado, pero que en su momento afectaron profundamente. Es volver sobre ellos con la distancia que te da el paso del tiempo: conectas otra vez con esos sentimientos pasados y los plasmas. Ha pasado un poco esto en mis canciones, con cosas que me han pasado en los últimos dos o tres años. Cuando hablas de lo propio, al final, estás hablando de lo de todos, porque los sentimientos son comunes. Los sentimientos son universales.

-En ‘Tu universo controlado’ llama a vivir el presente.

-Es una conclusión a la que yo estaba llegando, porque la teoría nos la sabemos todos, pero la toma de conciencia es otra cosa. Llegó la pandemia y agudizó todavía más este sentimiento. Cuando vas cumpliendo años, la muerte es un asunto que tienes más presente. Ahora tenemos más conciencia del ahora y de disfrutar lo que tenemos, que es un regalo, y que puede evaporarse en cualquier momento. Eso y el tocarnos, los abrazos, son muy importantes.

-Estos ‘Abrazos salvavidas’ que dan título al álbum son ahora mucho más ansiados...

-Sí, por supuesto. Tienen un poder curativo, y también las miradas, ahora ya no necesitamos ver toda la cara. Los abrazos han estado proscritos y ahora es como una quimera o un sueño volver a juntarnos mucha gente y cantar agarrados por los hombros. Antes siempre era importante, pero ahora son como un anhelo.

-Para concluir, ¿qué le desea a ‘Abrazos salvavidas’?

-Que estas canciones lleguen a cuanta más gente, mejor. Me gustaría que formaran parte de la banda sonora de otras personas, como otras canciones que me gustan a mí forman parte de la mía. Me encantaría que acompañaran a la gente en su vida en momentos importantes de cariño, de enfado, de tristeza...