REGRESO A TU PIEL

AUTORA Luz Gabás

EDITORIAL Planeta

PÁGINAS 590

En los años finales del siglo XX, el párroco de una localidad oscense de los Pirineos encontró un manuscrito en el que figuraba la relación de 24 mujeres que en 1592 habían muerto ahorcadas acusadas de brujería. Este hecho real fue el germen de la segunda novela de la escritora aragonesa Luz Gabás, consagrada por la crítica y el público tras el rotundo éxito de su primera obra, Palmeras en la nieve, ambientada en el Pirineo oscense y Guinea Ecuatorial, cuando aún era colonia española.

En Regreso a tu piel su autora reflexiona sobre el concepto de la vida y la muerte en la España de finales del siglo XVI, con un estilo melódico y sensual, y a la vez trepidante, en el que hace gala de un gran derroche de pasión literaria; una novela envolvente, adictiva, poética y romántica (con guiños a novelas de impacto como Cumbres borrascosas --Emily Bronte, 1847-- y hasta con sugerentes notas de novela gótica, como Manuscrito encontrado en Zaragoza, --Jan Potocki, 1805--).

Los personajes de la novela (de nombres tan sugerentes como Brianda, Isolina, Nunilo, Marquo-) van en busca de una verdad interior que trasciende lo puramente físico para entrar de lleno en lo espiritual. De este modo, Luz Gabás ha conseguido dibujar con nitidez a los personajes de su novela, en quienes disuelve las opciones de sus decisiones, para que sea el lector quien, una vez leído el relato, opte por su propio desenlace.

UN TRABAJO HONESTO

El germen de la historia se basa en un hecho real, como se ha visto (podría decirse que se trata del Salem oscense, aunque un siglo anterior a aquellos procesos de brujas en la ciudad del estado de Massachusetts). Y para documentarse, antes de escribir su obra, la escritora ha estudiado más de mil documentos originales. Tremendamente honesta con el lector, y ante la responsabilidad de no defraudarle tras su éxito anterior, la novela es el fruto de miles de horas de trabajo y estudio metódicos y diarios. Una novela de planteamientos sólidos, cuidadosamente documentados, expuestos de forma atractiva para los lectores, con un desenlace inesperado, que asegura la emoción hasta la última línea.

Pero Regreso a tu piel no es una historia de brujas ni de brujería, sino un meritorio intento novelado por reconstruir el contexto sociopolítico que hizo que la caza de brujas fuese tan terrible a finales del siglo XVI en España. Una situación cuya motivación real fue lucha de poder entre los nobles feudales del Pirineo ribagorzano, lindante con Cataluña, y la monarquía central de Felipe II; el problema estribaba en que Aragón gozaba de sus propias leyes y fueros, que debían ser respetados por el monarca. Las brujas se convirtieron en el perfecto chivo expiatorio, en la excusa ideal con que contó la monarquía para crear una conciencia de nación unitaria, erigida en torno a la religión católica. Y un hecho que lo demuestra es que el 90% de las ejecuciones por brujería fueron consignadas no por la Inquisición, sino por tribunales civiles del Estado.

La paradoja de todo esto se plasma en que, lejos de cumplir con su propósito de unión del Estado en torno a la común fe católica de los españoles, la Inquisición instauró en España un régimen de miedo y terror, en el que cualquier ciudadano (hombre o mujer) podía ser acusado de brujería, con el soterrado y auténtico propósito de saldar rencillas personales, eludir deudas o apropiarse de terrenos en disputa. Así pues, la brujería, en aquel contexto, quedaba en el estricto plano de la leyenda y el mito, interesadamente potenciados a favor de los intereses políticos de la monarquía, enfrentada con el poder de la nobleza.

Estamos ante una novela apasionante, en la que Luz Gabás radiografía con admirable lucidez una época y unos hechos de gran impacto en la España posmedieval, y cuyas secuelas aún son fáciles de detectar en nuestro Estado moderno. Regreso a tu piel se lee con pasión e intensidad, pero también con serenidad y relajación, porque la literatura, como nos ha enseñado Luz Gabás en sus DOS novelas, es igual que vivir, y hay que hacerlo con pasión en el presente y esperanza en el futuro.