El director de cine portugués, Pedro Costa, tras cinco años sin estrenar ningún largometraje, vuelve al barrio lisboeta de Fontainhas en su nuevo largometraje Cavalo dinheiro. Esta película constituye una revisión de la revolución de los claveles, dentro de su concepción de la política como una "historia de horror y torturas", según expresó ayer en rueda de prensa el propio autor de la obra.

Cavalo dinheiro se presentó al público por la puerta grande, en el marco del Festival de Cine Europeo de Sevilla. Allí, el realizador portugués declaró que su película tiene el propósito de ayudar "a esclarecer historias mal contadas", y que en esta nueva historia se sirve de su personaje caboverdiano Ventura como protagonista para estructurar la trama.

El realizador, sobre su forma de hacer la película, aseguró que la rodó "con restos de cosas, de escenarios".

Además de la película, el cineasta también tuvo palabras para la situación de la industria cinematográfica, que calificó como de "escándalo", y por ello denunció "la miseria total de un cine que no funciona, que es escapista, que no escucha, que derrocha".

Por otro lado, hizo mención al coste de la producción de su película, que fue de unos 100.000 euros, para recordar que los cineastas piensan mucho en el dinero "porque no lo tienen".

El director de cine portugués Pedro Costa es reconocido por haber sido innovador en el área de cine experimental y de docuficción. Así, es frecuente que el cineasta utilice como herramientas básicas de grabación las cámaras ligeras de video digital. Sus planteamientos estéticos recogen los principios del denominado cine directo. Se le considera heredero de los documentales en 16 mm del grupo Novo cinema portugués. Entre su filmografía se encuentran películas como No Quarto da Vanda de 2000, Memories de 2007 o O Estado do Mundo, del mismo año.