La de pandemia de coronavirus supone un gran golpe para la economía mundial y la industria cinematográfica no es una excepción. Hollywood está prácticamente paralizado por el covid-19: estrenos aplazados, salas de cine cerradas a cal y canto, eventos cancelados e innumerables rodajes suspendidos dentro y fuera de Estados Unidos han generado una situación que acarreará pérdidas millonarias. Una sangría que los expertos cifran, en el caso de la meca del cine, en unos 20.000 millones de dólares (casi 18.000 millones de euros).

La cifra es mareante, pero no exagerada. Especialmente teniendo en cuenta el día a día de una industria absolutamente congelada pero que sigue generando costes fijos muy importantes. Un artículo publicado por The Hollywood Repoter destaca que, por ejemplo, cada día que el rodaje de la nueva película de Marvel Studios, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, que se estaba desarrollando en Australia, está suspendido le cuesta a Disney hasta 350.000 dólares.

Y no es la única superproducción que ha paralizado su filmación. La misma suerte han corrido títulos como Misión Imposible 7 con Tom Cruise, el remake de La Sirenita, Nightmare Alley de Guillermo del Toro, el biopic de Elvis Prestley -suspendido después de que Tom Hanks diera positivo- o la cuarta entrega de Jurassic World.

La suspensión de rodajes se une al aplazamiento de estrenos programados para estos meses. Algunos de ellos, como la última entrega de la saga Fast and Furious, la secuela de Un lugar tranquilo, la nueva película de James Bond o el remake en acción real de Mulán, estaban llamados a convertirse en los taquillazos del año. Retrasos, que también generan pérdidas importantes. H