TITULO: Ricardo Santamaría. La expresión de la libertad.

LUGAR: Palacio de Sástago de la Diputación de Zaragoza. Coso,44

AUTOR: Ricardo Santamaría

FECHAS: 22 de diciembre del 2004 al 21 de febrero del 2005

HORARIO: De martes a sábado, 11 a 14 horas y de 18 a 21 horas. Festivos, de 11 a 14

El escolar que se distrae con una mosca (ese avioncico como de juguete que va a su aire, con una cabeza por cabina y un motor vivo en el arranque de las alas) está seguro de que nada más interesante pueden mostrarle en la pizarra. El bebé que quiere lanzarse del cochecito al ver a un perro por la calle y lo proclama entusiasmado como si fuera un milagro. Con esa mirada nueva de las cosas trabaja Eduardo Santamaría (Zaragoza, 1920), pero no desde la pasividad contemplativa, sino con la dinámica del que construye.

Asistimos en su obra a los tanteos, a la vibración de formas inaugurales, a "un proceso lleno de cambios, de sorpresas y de giros inesperados, pero siempre hacia adelante, sin perder el norte... Su obra es el fruto de una gran pasión, de una creatividad pura", escribe el comisario de la exposición, Juan Ignacio Bernués.

Santamaría se cansó en 1967 de una Zaragoza "que giraba y giraba neciamente satisfecha sobre sí misma, ajena a todas las novedades que estaban transformando el mundo". Y marchó a París, pero no perdió su atrevimiento experimental. Ni esa fe en las posibilidades creativas que tiene la belleza, el juego de forma y construcción, la conciencia de sentirse responsable de cualquier acción transformadora, del oficio. La andadura de este hombre, desde lo que nos es dado gratuitamente a la vista (un rincón de la cocina o de un pueblo) hasta la invención de formas y construcciones se presenta en el Palacio de Sástago como una aventura de la conciencia. "Cada pincelada tiene que ser un deseo, una esperanza o una ilusión que va dirigida contra algo, contra nosotros mismos, contra lo equilibrado y contra los tópicos que petrifican lo originario y verdadero".