El cuaderno de Paula se la autopublicó en Amazon, mientras que Contigo en el mundo ha salido en la editorial Suma de Letras. Ahora vienen las firmas. Este fin de semana la oscense Sara Ballarín ha estado en Madrid; el día 3 dedicará su libro en Zaragoza y un día después en Huesca.

-¿Ha notado el cambio de autopublicarse a tener detrás una editorial?

-El proceso ha sido radicalmente distinto. Cuanto tú te autopublicas lo haces solo, con una mano delante y otra detrás. ¡Ni siquiera tienes correctores gramaticales! En cambio aquí tienes a todo un equipo apoyándote.

-¿Qué efecto cree que tiene esto en el panorama editorial?

-La llegada de las nuevas tecnologías y de internet ha dado un giro radical al panorama editorial. Mucha gente tenemos miedo a ese «Lo siento, no nos interesa tu novela». De este modo te lanzas directamente. Así sabes si el feedback es bueno. Y las editoriales ven que hay un mercado allí, que se vende, y que pueden tener una cierta garantía de éxito. Hay una retroalimentación de ambas partes.

-A nivel narrativo, ¿ha cambiado su estilo?

-A escribir se aprende rompiendo mano, y vas desarrollando pequeños trucos que a ti te van sirviendo, corrigiendo errores de trabajos anteriores...

-Su novela se enmarca en el género ‘Chick Lit’, que se define como literatura romántica-erótica ambientada en el mundo real, lejos de otras obras como ‘50 sombras de Grey’...

-Hay tantísimos subgéneros dentro de lo romántico que son inabarcables. Evidentemente todos tienen un factor común, que es una historia de amor, pero la principal diferencia dentro del género contemporáneo es que las historias son muy normales. Cualquiera se puede sentir más o menos identificado, no estás hablando de historias extraordinarias ni personajes hiperenrevesado. Son historias cotidianas que hablan de emociones que todos hemos sentido.

-El protagonista, Mario, es un joven bohemio, guapo, regente de una librería preciosa y dueño de un velero. ¡Este chico lo tiene todo!

-¡Pero también tiene cosas malas! No es un personaje perfecto. Todas en los primeros libros caemos en hacer personajes demasiado perfectos, pero luego evolucionas. Mario es un chico que tiene muchas virtudes, pero también tiene cosas que no son tan perfectas ni ideales. La gente no es súper buena ni súper mala.

-Sus lectores destacan su estilo natural, su desparpajo.

-Todo depende del género que estas escribiendo, no es lo mismo escribir una historia ambientada en el siglo XVIII que en pleno siglo XXI. Si cuentas una de personas que se mueven en la treintena, ambientada en un sitio realista y escenarios contemporáneos, tienes que dotarles de un lenguaje real. Es lo que le da el encanto a la novela y lo que hace que el lector se identifique más. La hace divertida, fresca y dinámica. Es parte del truco.

-Siempre ha comentado que Elisabet Benavent era su principal fuente de inspiración.

-Somos buenas amigas y coincidimos en la editorial. Ella es una de las mejores escritoras del género, y ya no solo del género, sino en general. Todas las autoras que escribimos de esto nos hemos dejado influenciar por ella.

-La literatura erótica está en pleno boom literario a raíz de las ‘50 sombras’...

-El género erótico-romántico siempre ha existido. Lo que pasa es que se le ha perdido el miedo tanto a leerlo como a escribirlo. Además, ha evolucionado mucho, ya no son las típicas novelas rosa de folletín, sino que son mucho más frescas. Ya no solo las leen mujeres, sino también hombres que se sienten identificados con la historia. Se está perdiendo el miedo a lo romántico.