Título: ‘Tiempo de siega’

Autor: Guillermo Galván

Editorial: Harper Collins

Hace tiempo que conozco y leo a Guillermo Galván y por eso he vuelto a leerle y a encontrarme con él con ocasión de su última y recién publicada novela: Tiempo de siega (Harper Collins).

Una historia muy sólida y profesional, donde brilla, por un lado, el talento, y por otro el oficio del autor. Pues Galván es un novelista muy formado teóricamente, con un gran bagaje intelectual e innumerables lecturas, y forjado, grosso modo, en la práctica de los géneros literarios, que combina, o de los que sale y entra a su entero placer.

Ese oficio suyo, el del arte de novelar, es el que convierte Tiempo de siega en una historia milimétricamente narrada, en la que no sobra ni falta nada.

Trama muy generosa en sus personajes, cuya elaboración es otra de la especialidades de Galván. Decenas de ellos pueblan esta historia negra ambientada en el Madrid inmediatamente posterior a la guerra civil. En 1941, año oscuro, tenebroso, donde el régimen triunfante se ha posicionado en el poder, ocupado todos los recursos ministeriales, sociales, judiciales y policiales, y encumbrado a sus próceres mientas las cárceles se siguen atestando con ciudadanos acusados de traición a la Cruzada.

Precisamente uno de ellos, Carlos Lombardi, antiguo policía republicano, será repescado por la policía franquista para proseguir la investigación de una serie de asesinatos en serie que han conmocionado aquel Madrid de orden, espada y cruz.

Los ejecutados por una mano desconocida no son anónimos ciudadanos, sino sacerdotes afectos al régimen franquista, hombres santos, o mártires, para sus respectivas órdenes. Sus cadáveres han aparecido horriblemente mutilados, pero proporcionando a los investigadores, dentro del horror de sus sanguinarios crímenes, algunas pistas que parecen obedecer a una venganza común y cuidadosamente planificada.

Lombardi empatizará desde el primer momento con el lector por su capacidad deductiva, su entereza y valor, así como por la inteligencia y tenacidad de sus pesquisiciones. Trabajará, por supuesto, de acuerdo a los medios y posibilidades de la época, más próximo a un Poirot o a un Marlowe que a un forense de CSI.

Siguiendo sus pasos y aventuras por un Madrid destruido por la guerra, pero en el que ya afloran nuevas castas, el lector se empapará de una atmósfera prodigiosamente reconstruida por Galván, maestro en el arte de la construcción de escenarios. Otros policías y políticos del régimen, jerarquía eclesiástica y espías ingleses o alemanes se cruzarán en las ricas páginas de Tiempo de siega con serenos madrileños, limpiabotas, prostitutas, golfos y anticuarios, estudiantes, médicos o psiquiatras como aquel Bartolomé Llopis que realmente existió y cuya figura ejemplar ha inspirado a Galván.

Una novela negra e histórica a la vez que atrapa por su agilidad argumental y el dramático interés de solucionar unos asesinatos urdidos por una mente diabólica. Y novela psicológica, también, por su riqueza de caracteres.

Muy recomendable.