Cuando aún está latente la resaca post rodaje en Loarre y no han pasado ni veinticuatro horas desde que Ridley Scott y Orlando Bloom dejaran atrás Huesca para seguir la grabación de El Reino del Cielo en Segovia, su recuerdo está todavía muy vivo en el que ha sido su hogar durante 19 días, el hotel de Ayerbe.

Manuel Molina Robledo, camarero del hotel que también hizo de extra en una escena de la película, tuvo mucho contacto con todo el equipo de rodaje del filme, y ahora recuerda su estancia. "La verdad es que tuve mucho contacto con ellos, porque prácticamente todos los días han cenado en el hotel. Les encantaba la pasta, sobre todo lo que ellos denominaban macarrones with chorizo, y también el pollo al chilindrón. Y para beber, el vino. Orlando Bloom fue el que menos bebió, pero al resto de sus compañeros les encantó el tinto Reino de Los Mayos Crianza, y también el blanco. Normalmente, y salvo algún día puntual, no solían pedir postre", afirma.

El equipo al completo de El Reino del Cielo , según Molina, era gente "muy normal", y en algún caso "muy amable". En este último grupo, Molina destaca a dos: Liam Neeson y Ridley Scott. "A Neeson ya se le ve en la cara. Lo miras y dices: tiene que ser buena persona. Y lo es. Siempre hablaba con todo el mundo, se preocupaba por la gente, charlaba con nosotros y nos prestaba mucha atención. Y Scott siempre tenía la sonrisa en la cara y era muy atento, aunque no le veíamos mucho porque volvía muy cansado del rodaje y se iba a su habitación temprano. Pero Neeson se solía quedar en el bar charlando con la gente. Era muy, muy majo. Un tío estupendo", recuerda.

El día más especial de todos cuantos pasaron en Ayerbe fue el 13, cuando Orlando Bloom cumplió los años. Molina lo recuerda perfectamente: "El productor de la película encargó una tarta de chocolate. La pedimos a la pastelería Mila, de Huesca, que la regenta el pastelero Gurutze Goikoetxea. La tarta tenía en su parte superior una figura de chocolate con el castillo de Loarre. Además, encargaron cava. La cena corrió a cargo del restaurante Casa Ubieto, que les preparó una especie de cena-merienda que tenía muchos y diversos productos típicos aragoneses: queso, trufa, paté, chocolates... Después de la cena terminaron cantando una canción cada uno. A mí me dijeron que cantase, pero me dio vergüenza y no canté".

Molina también recuerda, divertido, algunos momentos gastronómicos de los actores del filme. "Me acuerdo que la longaniza les encantó. No la habían probado nunca y luego la pedían bastante. Y turrón. Teníamos turrones de Navidad, y como no lo habían comido nunca, les sacamos para probar. Les gustó mucho, y cuando nos lo pedían le llamaban product typic of Christmas. Bueno, y también me acuerdo de que a uno de los actores secundarios le perdía el arroz con leche, y pedía continuamente raciones dobles".

Por lo demás, tal y como afirma Molina, los actores, productores y director de El Reino del Cielo , fueron unos huéspedes excelentes: "Fue todo sobre ruedas, porque ellos, lejos de las cámaras, son personas normales y corrientes y para nada se les veía actuar ni hacer nada movidos por el divismo", afirma. "No pidieron nada extraño que no hubiese en el hotel, se acomodaron perfectamente y, lo mejor de todo, se han ido diciendo que estaban emocionados por el trato que han tenido. Esto es lo que más nos ha alegrado a todos", concluye Molina .