«No tengo más poder que el de saber entretener a la gente». Asi se presenta en Zaragoza Toni Bright, considerado uno de los mentalistas más prestigiosos de nuestro país de la última década. El mago de la mente ilicitano (www.tonimentalista.com) desembarca mañana en el Teatro de las Esquinas con su espectáculo Volver a creer (20 horas) con el que pretende dejar al público boquiabierto al verle doblar cucharas o tenedores, mover objetos con el poder de la mente, leer la mente al público o incluso haciendo aparecer duendes o contactando con espíritus. Tras recorrer los principales teatros del país y despertar una gran expectación allá donde va, Bright ha logrado consagrarse como digno sucesor del género que popularizó en los 90 el israelí Uri Geller.

-¿Cómo comenzó su andadura en el mundo del mentalismo?

-Desde pequeño me gustaba mucho ver con mi padre los mentalistas en televisión, me llamaban mucho la atención. Un día vi un mentalista que dejaba un vaso encima de la mesa y con el poder de la mente se concentraba y lo hacía explotar. Aquella noche no dormí dándole vueltas al tema. Empecé a coger libros, a ver cosas y a investigar y, a partir de ahí, fui interesándome cada vez más. Lo bonito es que al final alguien que empezó viendo a mentalistas por televisión ha acabado en la televisión haciendo lo mismo.

-¿Cuándo se dio cuenta de sus habilidades? -En verdad me di cuenta de que con esfuerzo, sacrificio y ganas de aprender se pueden hacer cosas que realmente parecen milagros.

-El mentalismo, ¿es un talento innato o algo que se consigue con un buen entrenamiento? -En un 99% es sacrificio, esfuerzo y dedicación y, sobre todo, amor por lo que haces.

-¿Qué significa para usted ser mentalista? -Para mí es un «arte» entre comillas, porque la persona que sube al escenario tiene que meterse en el papel de mentalista y cuando baja del escenario tiene que quitarse ese disfraz: no se puede estar todo el día doblando cucharas ni intentando averiguar lo que piensa la otra persona. El mentalista es aquella persona que se guía por la sugestión, las habilidades sociales, la programación neurolingüística, la psicología o la hipnosis. Si coges todos estos elementos y los metes en una batidora, al final parece que uno tiene poderes.

-¿Qué hay de ilusión y que hay de realidad en su oficio? -Siempre digo lo mismo: que cada uno crea lo quiera creer. Lo dejo un poco a la elección de la persona que está viendo el espectáculo.

-¿Por qué pudiendo adivinar el número de la lotería no es usted millonario?

-¿Quién dice que no sea millonario y además me dedique a lo que más me gusta? (risas) Si fuera por ese motivo los Rolling Stones o Bruce Springsteen no tocarían en directo porque también son millonarios, con lo cual no quiero decir que sea millonario…

-Dicen que las personas solo utilizamos un 10% de nuestra capacidad cerebral. ¿Cuánta emplean los mentalistas?

-Los mentalistas intentamos utilizar un poco más y normalmente aplicándote, estudiando y teniendo muchas ganas, se compensa una cosa con la otra. En cuanto al resto, la pena es que haya gente por ahí que por desgracia no usa ni el 1%.

-¿Existe alguna técnica que podamos aplicar para ampliar los límites de nuestra mente?

-Por supuesto. La relajación, la programación neurolingüística o el coaching vienen muy bien a la hora de ejercitar la mente. Y también es una cuestión de actitud.

-Como hemos visto en algunas series de televisión, ¿sabe si en España las fuerzas de seguridad han recurrido alguna vez a mentalistas para resolver crímenes que estaban atascados?

-Algo hay. Yo mismo he colaborado en alguna ocasión con instituciones y empresas haciendo un poco de todo, y hasta aquí puedo leer.

-¿Cómo definiría su espectáculo ‘Volver a creer’?

-Es un espectáculo ameno, divertido, muy participativo y, sobre todo, sorprendente. El público va a poder ver cosas que cuando salga del teatro va a decir: «Esto en mi vida lo he visto y creo que no lo voy a volver a ver». Es decir, que van a ser cosas alucinantes, no porque yo lo diga sino porque todo el mundo que viene al teatro lo dice. Además es un espectáculo familiar, prácticamente para todos los públicos; siempre digo que apto a partir de los 5 o 6 años para que los niños puedan entenderlo bien e incluso salir al escenario. Se trata además de un espectáculo que ha girado por los principales teatros españoles y que está teniendo una gran aceptación. Zaragoza es una de nuestras últimas paradas, nos ha costado volver aquí. Es curioso porque hay alguna sala que otra en Zaragoza que prefiere llevar magos de comuniones antes que llevar magos profesionales, y es una pena.

-¿Es puro mentalismo o mezcla otras disciplinas?

-Solo hago mentalismo, que es a lo que me dedico, y dentro del mentalismo manejo distintas disciplinas «Hacemos un espectáculo para toda la familia, ameno, divertido y sorprendente» «Si creemos en algo con mucha fuerza, ese algo puede hacerse realidad» como la telequinesis, la magia o la hipnosis. En el espectáculo vamos a ver cómo se puede de leer la mente de las personas o adivinar el número de la lotería, cómo se doblan y se retuercen cucharas y tenedores y lo más increíble, cómo se contacta con espíritus. Cuando termina el espectáculo la gente no puede ni aplaudir del asombro.

-No es la primera vez que visita Zaragoza. ¿Qué opinión tiene del público zaragozano?

La respuesta de la gente siempre es muy buena. La gente sale sorprendida del espectáculo como sucede en otras ciudades, y el sábado seguro que saldrán con la boca abierta.

-¿Es un espectáculo apto para escépticos?

-Cuanto más escéptico sea el público, mejor, más se sorprenderá.

-¿Con qué sensación quiere que abandonen el teatro los espectadores?

-Mi lema es "Creer para ver". Si creemos en algo con mucha fuerza, ese algo puede hacerse realidad. El poder de la ilusión es lo que nos permite seguir adelante.