El pasado septiembre, el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, anunció la bajada del IVA del cine en 11 puntos, del 21% al 10%. Una medida que se había convertido durante mucho tiempo en una de las principales reivindicaciones del sector desde que el Gobierno de Mariano Rajoy, en el 2012, tomara la decisión de aumentar este impuesto provocando una profunda crisis e incomodidad en la industria del cine.

Fueron muchos los espectadores que se alejaron de las salas debido al elevado precio de las entradas. Si se añaden los problemas con la piratería, la aparición de las plataformas digitales y el momento de precariedad general por el que atravesaba la economía y la sociedad española, el resultado fue la caída en picado de la taquilla y la recaudación media de las películas. Muchos piensan que, a pesar de los éxitos aislados e iniciativas como la Fiesta del Cine, el mercado de la exhibición no se ha vuelto a recuperar de ese varapalo.

Por eso la Federación Española de Cines (FECE) mostró su satisfacción por la vuelta a la normalidad del IVA. Recuerdan que han pasado más de cinco años con el tipo impositivo más alto aplicado a las entradas de la zona euro. Con el nuevo IVA, España volverá a situarse en la media. aunque todavía se mantendrá alejada de Francia, que aplica un 5,50%.

Hay que recordar que cada uno de los cines decide cómo repercute ese IVA en el precio en las entradas. ¿Bajarán realmente los precios? El exministro Montoro ya lanzó en su momento una advertencia a los exhibidores: esta bajada iba encaminada a los espectadores, no al enriquecimiento del sector.

Sin embargo, en Zaragoza ni los cines Yelmo ni Grancasa ni Puerto Venecia aplican, al menos de momento, ninguna rebaja en la entrada mientras que Zaragoza Urbana (a la que pertenecen los Palafox, Cervantes y Aragonia) no desveló a este diario qué política iba a seguir y ayer no se podían comprar entradas de las sesiones a partir de hoy. Se supone que, como media, la entrada debería bajar 0,66 euros aunque varias salas ya habían anunciado que si no aplicaron la subida cuando lo hizo el IVA en el 2012, no tenían por qué hacerlo ahora.