Las cuatro tablas del antiguo retablo mayor del monasterio de Sijena, del siglo XVI, son sin duda una de las piezas más valiosas que se exponen en el Museo de Huesca. En su día pertenecieron al pintor Valentín Carderera que en un gesto de generosidad las donó, constatando su papel clave en el museo. Están en Huesca desde 1873. Seis años antes debieron ser adquirirlas por Carderera en una de sus visitas al cenobio. Las obras llevan por nombre Abrazo en la Puerta Dorada, El Nacimiento de la Virgen, La Anunciación (en la foto adjunta) y La Visitación. Los óleos pintados directamente sobre tabla tienen un incalculable valor. De hecho, solo siete de las 16 tablas localizadas del retablo se conservan en Aragón (el resto están en Cataluña, Madrid y EEUU).