El grupo zaragozano Cuchillas, de guitarras noventeras y con la distorsión como marca de la casa, publica este viernes su segundo trabajo Pasión de sábado (Intromúsica), un EP compuesto por cinco canciones con las que la banda se afianza en su sonido y en los temas generacionales que tratan.

Tras Obras completas, la formación compuesta por Sara Cortés (voz y guitarra), Jorge Martínez (bajo), Rafael Charry (batería) y Emiliano Emont (guitarra y sintetizador) presentan un EP lleno de hastío, crisis personales, catarsis, que se van sucediendo en sus letras, si bien podrían relacionarse con amor y desamor, poco tienen que ver. En la búsqueda por controlar las distorsiones y hacerlas suyas el grupo cree haber encontrado un punto medio. «Hemos ido experimentando hasta que hemos encontrado el sonido con el que nos sentimos más a gusto», cuenta Sara Cortés, «que se asemejara a las bandas que escuchamos, como los primeros trabajos de El mató a un policía motorizado, que es super lofi y cargado de guitarras llenas de disonancia», añade Rafael Charry.

Durante los meses pasados, Cuchillas ha ido publicando los primeros temas de Pasión de sábado, dejando por descubrir con la publicación del EP completo los dos últimos: El mundo de Jorge y La habitación. De esta última habla el batería: «Se puede relacionar con los malos hábitos que tienes en tu vida, y que eres dependiente de ellos, ya sea una persona o un vicio. El mundo de Jorge es una canción dedicada a nuestro bajista, una persona muy dispersa. La canción no resume su vida ni nada, simplemente quisimos hacer una canción sobre cómo es él y su universo, y termina por ser una canción que engloba la vida de todos nosotros, de la cotidianidad, de los actos repetitivos y de cómo te intentas evadir de ellos».

En esta ocasión, Cuchillas han contado con la colaboración de Óscar Cubero (Ruco Tapes Records) y Matías Arano en la masterización: «En términos de sonido está mucho más atado», apunta Cortés, pues el primer EP fue un trabajo de autoproducción, «cuando lo hacíamos nosotros igual teníamos claro lo que queríamos pero nos perdíamos por el camino».

El diseño de la portada final, como el de los singles publicados ha corrido a cargo de Mapi Pérez, tomando de referencia el icónico cine wéstern. «Mientras revisitábamos muchas películas veíamos cosas como que les arrancaban las blusas a las mujeres, escenas muy grotescas, y cosas bastante chungas, así que quisimos darle la vuelta», cuenta Charry. «También es un mito sobre la construcción de América, lo que a nuestra generación, aunque en otro contexto, nos lleva a pensar si lo que creíamos que eran pilares fundamentales de la sociedad están bien o si solo son una tradición», concluye la cantante.