Rusia reverencia a Salvador Dalí como a pocos artistas contemporáneos del mundo. Después de los turistas franceses, por aquello de la proximidad, los visitantes de nacionalidad rusa conforman el segundo colectivo de extranjeros que con más frecuencia visita los museos Dali en la provincia de Girona, ya sea el Teatro Museo de Figueres, el castillo de Púbol o la casa de Port Lligat. Por esta razón, la Fundación Gala-Salvador Dalí, en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, ha traído hasta Moscú 'Arte mágico', la que se considera la más importante exposición retrospectiva del pintor, escultor y escritor gerundense de los últimos años, y desde luego, la más extensa jamás organizada en territorio ruso.

"Queremos dar a conocer la obra de Dalí; en Rusia siempre ha habido un interés enorme", corrobora Montse Aguer, directora de la fundación Gala-Salvador Dalí y comisaria de la muestra. Se trata de casi 300 obras que abarcan "todos los periodos" artísticos por los que Dalí atravesó, "toda su obra y evolución", destaca. "Esta muy bien representada la época surrealista, como no puede ser de otro modo, aunque también todas las otras experimentaciones vanguardistas", continúa.

Entre los más afamados cuadros surrealistas que se mostrarán hasta finales de marzo en el centro de exposiciones Manezh, junto a las murallas del Kremlin, se encuentra 'Autorretrato blando con beicon frito', en el que aparece un rostro de Dalí deformado sobre un pedestal y sostenido por muletas, junto a un pedazo de panceta. Establecía de esta manera un paralelismo con Miguel Ángel, uno de los clásicos más admirados por él, quien dibujó su propio rostro en la piel despellejada situada a los pies de la figura del mártir san Bartolomé en uno de los frescos de la capilla Sixtina.

UN 'HOMBRE INVISIBLE' EN UN PAISAJE DE DESOLACIÓN

Tampoco falta en las salas del Manezh 'El Hombre invisible', un lienzo inacabado realizado en París en 1929 en el que por vez primera el artista recurre a las imágenes dobles, obligando al espectador a concentrarse en la pintura para identificar los contornos de una enorme figura humana perfectamente integrada en un paisaje desolado formado por ruinas y edificios clásicos. Las obras de Dali "nos perturban y llaman poderosamente nuestra atención", recuerda Auguer.

El museo Fabergé y el Ayuntamiento de Moscú, por la parte rusa, no han escatimado en medios para realzar la obra de Dalí y su pensamiento artístico. Se ha habilitado un auditorio donde se proyectarán películas surrealistas como 'Un perro andaluz', de Luis Buñuel. Pero sobre todo los organizadores de la muestra han buscado resaltar su talento como dibujante. Cada cuadro o grabado está iluminado por un haz de luz que permite al espectador apreciar su perfeccionismo a la hora de representar figuras y detalles. Como recuerda la conservadora, Dalí quería ser recordado como el "Rafael" de su tiempo, y la exposición de Moscú intenta de esta manera cumplir con las aspiraciones de un artista que siempre vivió obsesionado con la idea de pasar a la posteridad.

El éxito de la retrospectiva, a cuya inauguración asistió la infanta Cristina, está asegurado. Solo en los primeros días, ya se han vendido más de 20.000 entradas, según fuentes de la organización, y con toda probabilidad, superará la exposición dedicada a Diego Rivera y Frida Khalo en el mismo centro Manezh, la más visitada del pasado año. "Creo que será una exposición única en su género, será más interesante y tendrá más público", ha asegurado el director del museo Fabergé, Vladímir Voronenko. De hecho, la figura de Dalí despierta pasiones allá donde va. La última retrospectiva comparable del pintor, organizada por el centro Pompidou en París en el 2013, atrajo a casi 800.000 visitantes, convirtiéndose en la segunda más visitada del museo francés, solo superada por otra retrospectiva del artista gerundense en 1979.