Javier Callizo aseguró ayer que la relación con la familia de Pablo Serrano era "fluida y cordial", y que la petición de la nuera del escultor de cumplir el decreto de fundación del museo, que incluía crear una comisión asesora, un consejo rector del centro y un conservador propio para su colección "no puede hacerse porque aquel decreto quedó anulado por otras leyes de rango superior como la Ley de Patrimonio y la de Museos, que hacen que este centro deba gestionarse como cualquier museo público". Eso sí, también quiso dejar claro que "dejar de lado a Serrano sería de locos".