«Nadie ha vivido como Arturo. Contigo la vida fue mejor. Vive el momento con gran curiosidad como un eterno aprendiz». Así canta La Cubana en Adiós Arturo, el espectáculo que suben desde hoy (20.30) y hasta el 20 de enero a las tablas del Teatro Principal de Zaragoza y del que ayer dieron un pequeño adelanto en la Plaza de España de la capital aragonesa.

El monumento a los Mártires de Ricardo Magdalena lució por unos minutos rodeado de guacamayos gigantes de cartón (y uno real que es parte primordial de la obra, Ernesto) de entre los cuales aparecieron los actores de la compañía catalana para promocionar sus actuaciones con un directo en el que recordaron la buena vida del protagonista de la obra («todos queremos vivir como tú») y animaron a las decenas de curiosos que se arremolinaron en torno a los actores a asistir a alguna de las catorce funciones que realizarán. Serán una miércoles, jueves y domingo y dos los viernes y sábado. Las entradas están casi agotadas, lo que demuestra el idilio de la compañía con la ciudad, ya que fue el primer escenario donde actuaron de forma profesional y aquí han traído casi todos los espectáculos, todos salvo Gente de bien, que solo se pudo ver en Barcelona. «Ha sido una sorpresa emocionante», reconoció respecto a la buena acogida Jordi Milán, director de la compañía, quien es consciente de que quince días en Zaragoza «es poco tiempo». Asegura que es un «público leal, con un sentido del humor parecido al nuestro» porque de lo que se trata es de «reírse de uno mismo».

VIVIR LA VIDA

Adiós Arturo es un canto a la vida, una invitación a «vivirla intensamente y a nuestra manera» y todo a través de un espectáculo que une música, humor y participación. Como todos sus espectáculos, va sobre el «teatro que se hace en la vida cotidiana, con los amigos, en el trabajo, en el autobús...», explicó Milán. En su anterior visita a Zaragoza analizaron el teatro que se hace en las bodas con Campanadas de boda y ahora, el de «la despedida de este mundo».

El protagonista (ya fallecido) de Adiós Arturo es un zaragozano, Arturo Cirera Mompou, nacido en 1917, hijo de un médico catalán -explicó Milán-. Cirera fue escritor, pintor, escultor, coleccionista de arte, poeta, compositor musical, dramaturgo, actor y director y, sobre todo, amante de su localidad natal. Por la profesión de su padre dejó pronto Zaragoza. pero la ciudad siempre estuvo en su corazón.

Por eso, al morir (lo hizo el año pasado después de una vida intensa) dejó escrito que «no quería un funeral al uso, sino una fiesta» en el Teatro Principal. Como su familia no se veía con ganas de organizarla «nos han contratado a nosotros, a La Cubana, para que la lleváramos a cabo».

Y en eso están. A través de sus amigos, su familia y sus allegados, se irán descubriendo las luces y sombras de Arturo y de su inseparable compañero, Ernesto, un loro con el que ha convivido los últimos cuarenta años de su vida y que conoce todos los secretos del personaje. Es también «un canto a los animales y a la importancia que tienen las mascotas en la vida de las personas», explicó Milán. Ayer, Ernesto, durante la presentación, permaneció quieto mientras los actores cantaban y bailaban con sus coloridos trajes a su alrededor, sin embargo, costó hasta que posó mirando a la cámara.

ÉXITO EN ESPAÑA

Hasta la fecha, más de 100.000 personas han asistido a la fiesta del final de la vida de Arturo, que ya se ha celebrado en Valencia, pamplona, Torrelavega, Vitoria, Castellón, Elche, Murcia, etc. Y tras Zaragoza, localidad natal de Cirera, donde se espera que la despedida sea apoteósica, seguirá por Jerez de la Frontera, Málaga, Sevilla, Salamanca, para terminar en Madrid y Barcelona ya en el 2002, donde la compañía celebrará su 40º aniversario. En Zaragoza, la relación dura ya 35 años.